Fernando Adalid Penas, presunto responsable de la desaparición en Tarragona de su novia, la médica Gloria Sanz Silva, de 28 años, se declaró inocente ayer ante el juez de Amsterdam, ciudad en la que permanece detenido desde el martes. Adalid, que aceptó ser trasladado a España, dijo que ignoraba dónde está la mujer.

De esta forma se evitará iniciar un proceso de extradición formal que podría durar un año, aunque es difícil que Adalid salga de Holanda antes de dos semanas. El fiscal Robert Meulenbroek apuntó que si "hay colaboración entre todas las partes los plazos pueden acortarse".

DELEGACION POLICIAL Ayer partió de Tarragona una delegación policial, constituida en comisión rogatoria, con un listado de preguntas elaboradas con la aprobación de la juez que lleva el caso. Se intentará interrogar al sospechoso y descubrir pistas que permitan localizar a Gloria Sanz.

Adalid compareció ante el magistrado holandés y el fiscal, acompañado por Johans Wattilete, su abogado. Dijo que no era culpable y justificó su apresurada marcha de Barcelona el 23 de enero por la necesidad que tenía de buscar a Gloria. "Aseguró no saber qué le ha podido pasar a la joven", indicó el letrado.

La policía de Tarragona considera que tiene indicios suficientes para incriminar a Adalid. Se trata de pruebas circustanciales pero que, unidas, conducen al taxista barcelonés de 32 años. La principal es la confirmación, mediante el análisis de ADN, de que las muestras de sangre halladas en el maletero del taxi y en la habitación de Gloria pertenecen a ésta. Pero hay otras. El vehículo de Adalid fue visto por una vecina estacionado en el párking de la casa de Gloria el sábado 18 de enero, cuando desapareció. También incurrió en contradicciones en el interrogatorio a que fue sometido.