Cecilia Giménez no puede más. Esta superada por las circunstnacias, por haberse convertido en el centro de atención desde que se hizo que público que había sido la autora de la restauración del Ecce Homo de la iglesia del Santuario de Misericordia de Borja. El destrozo de la obra, la posterior repercusión mediática a todos los niveles incluidas las redes sociales, donde la ironía se ha instalado con especial fiereza e invitación a la sorna, la reacción del ayuntamiento, que no descarta emprender acciones legales, y sus 81 años le han llevado a la cama como consecuencia de un ataque de ansiedad.

La Diócesis de Tarazona ha hecho público que las reacciones se han "extramilitado" y habla de "exageración". "Todo el mundo que entraba en la iglesia me veía pintando, nunca lo hice a escondidas", dijo ayer Cecilia a las cámaras de televisión. "¿Cómo lo voy a hacer yo sin que me lo digan?, añadió esta anciana que ya en anteriores ocasiones había retocado la pintura con el beneplácito de los responsables de su cuidado.

La obra ha sido ya definida como de escaso valor artístico, una imagen de Jesús pintada en uno de los muros de la iglesia que ahora resulta irreconocible. La involuntariedad de Cecilia parece segura, pero el seísmo provocado la tiene postrada en cama, según han comunicado sus familiares. El mundo, mientras tanto, sigue con la guasa e incluso han aparecido páginas webs que recogen firmas para que se respete el Ecce Homo actual como reflejo de vanguardismo.