Apenas ocho meses después de que el Juzgado número 2 de Barcelona reabriera el caso de Caroline del Valle, la adolescente de 14 años que desapareció el 14 de marzo del 2015 frente a la discoteca Bora Bora de la Zona Hermética de Sabadell, el magistrado instructor ha vuelto a archivarlo. En un auto al que ha accedido EL PERIÓDICO, el juez decreta el sobreseimiento provisional al no haber avances significativos en la investigación.

La familia, que en un primer momento presentó recurso de reforma contra la decisión, acatará la resolución judicial con la finalidad de no agotar la prórroga de 18 meses que el instructor concedió el pasado enero. «El objetivo es que no corra el tiempo mientras no haya nuevas pruebas que practicar», explica su abogado, Manuel Navarrete. Los esfuerzos de la familia de Caroline se centran ahora en un nuevo informe que aportarán en noviembre al juzgado y que podría impulsar otra búsqueda de la joven. Con ayuda del criminólogo Félix Ríos, entregarán un dossier al juez acotando «nuevas zonas calientes» para solicitar que retomen la búsqueda. Esta nueva iniciativa de la acusación pasa por aceptar que la hipótesis más probable de la desaparición de Caroline es que fuera víctima de un homicidio con ocultamiento de cadáver, la misma tesis que defienden los Mossos.

«Resulta difícil asumir que Caroline esté muerta, pero si es necesario para que la encuentren, lo haremos, aunque contemplemos otras razones», afirma la madre de la chica, Isabel Movilla, a través de su abogado. El informe del equipo de Ríos también definirá las herramientas tecnológicas que se han demostrado más útiles para el rastreo en cada zona en concreto.

Proponen sondear el terreno con georradar, gradiómetro de protones (dispositivo similar al georradar) y drones aéreos. «La investigación realizada por los Mossos fue bastante completa, pero hay un momento en que llega a un punto muerto. Admitieron que podría ser útil buscar a Caroline con esta tecnología, pero acotando el terreno. Desgraciadamente, ese acotamiento nunca se hizo», apunta el criminólogo.

La intención de la familia de la chica es que, en base a la contundencia del nuevo informe, el juez considere acreditada la necesidad de emprender dicha búsqueda. Pero si no fuera así, aseguran que tomarán «las riendas». «Nos hemos entrevistado con uno de los mayores expertos en búsqueda de cadáveres. Si la justicia no lo hace, buscaremos a Caroline con recursos de profesionales que se han ofrecido», detalla Ríos.

La madre de Caroline lleva tres años y medio sin su hija. El rastro de la chica se perdió el 14 de marzo del 2015 al salir de una discoteca con un grupo de amigos. Algunos, según la familia de la joven, eran «mala compañía». Varios de ellos también eran viejos conocidos de la policía. Aquella noche, cuando se produjo la salida del local, el grupo salió corriendo al ver una patrulla de los Mossos en la puerta.

Para los Mossos, Justin, uno de los chicos que acompañaba a la joven, ha sido desde entonces el «principal sospechoso». Justin y Caroline fueron los únicos del grupo que no aparecieron en la estación de Sabadell después de que se dispersaran; Justin llegó unas dos horas después solo y manchado de barro y dijo que había estado escondido de la policía. Por otro lado, durante esas dos horas, no usó su móvil para comunicarse con sus amigos. Sin embargo, no hay pruebas suficientes para incriminarle y, mucho menos, para acusarle de homicidio.

Según el Ministerio de Interior, en España se buscaba de manera activa en marzo del año pasado a algo más de 4.000 personas desaparecidas.