Se acabó el mito: los billetes de 0 euros han aterrizado en Europa

El Banco Central Europeo (BCE) emprendió en 2016 la iniciativa de la retirada del mercado de los billetes de 500 euros. El uso habitual de dichas divisas para el blanqueo de capitales, la falsificación de dinero o el narcotráfico animó a promover su retirada, con el fin de mejorar la seguridad financiera y facilitar el seguimiento de transacciones.

Tras 'deshacerse' de los billetes morados, la institución ha autorizado el billete de 0 euros en la ciudad alemana de Kiel, que dejarán de estar en nuestra imaginación para llegar a nuestras vidas 'en carne y hueso'. En este caso, las divisas carecen de valor económico alguno y no tienen capacidad para adquirir bienes o servicios, pero se han convertido en un material de colección con mucho éxito.

La demanda de estas piezas especiales ha sido tal que los 5.000 ejemplares puestos a la venta se han agotado en 24 horas. Ante el buen recibimiento, se está estudiando lanzar una segunda impresión de billetes de 0 euros para aquellos que se hayan quedado sin su muestra.

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Fabricación y diseño

Cada billete tiene un coste de fabricación de dos euros y medio. Además, durante el proceso, se cuidan los detalles de las características propias de cualquier billete de curso legal. Por ejemplo, la marca de agua, el hilo de cobre y el sello holográfico. Respecto a su diseño, el anverso recoge un guiño a Kiel con la figura del buque alemán Gorch Fock II, uno de los buques gemelos de la Marina de Guerra germana.

En la otra cara, aparecen monumentos representativos de los diferentes países que conforman la Unión Europea: la Torre Eiffel de París, la Sagrada Familia de Barcelona, el Coliseo Romano, la Puerta de Brandemburgo, etc. Parte del atractivo del billete de 0 euros se debe a su diseño único.