Durante cuatro largas horas los Bomberos de Zaragoza, especialmente el equipo de submarinistas, se afanaron en buscar sin éxito a un joven de 13 años que desapareció cuando nadaba en el río Ebro a la altura del embarcadero de la Expo de Zaragoza en Ranillas. Cayó la luz, activaron los grupos electrógenos, pero la visibilidad les impidió seguir rastreando las aguas, por lo que decidieron dejar para hoy por la mañana las labores. Se han trasladado las unidades de buceo del parque 1 y 3, y la unidad canina.
La voz de alarma la dio un hombre que estaba pescando en la zona y que vio a varios jóvenes nadando en el interior del río cuando, de repente, el menor al que se busca fue engullido por el agua. Tras recibir el aviso del 112 sobre las 18.45 horas, la unidad de buceo de los bomberos, la Policía Nacional y la Local se trasladaron rápidamente al lugar.
El nivel del río, según la Confederación Hidrográfica del Ebro, estaba ayer a 0,84 metros y llevaba un caudal de 62,50 metros cúbicos por segundo. Pese a la poca profundidad, según los bomberos, en la zona hay mucha corriente, lo que dificultó especialmente los trabajos. Con una lancha peinaron las orillas más cercanas a la zona en la que se produjo la desaparición por si el peor de los presagios se hubiera cumplido y se encontrara en la maleza, pero tampoco fue hallado allí. Según los testigos, el menor estaba la zona central del río Ebro cuando de repente dejó verse. Esta circunstancia llevó a los especialistas a revisar debajo del agua la plataforma central de la pasarela del Voluntariado por si pudiera estar en ese lugar.
Paralelamente, los bomberos también se desplegaron aguas abajo, especialmente en la zona de Helios, que el río realiza un cambio de dirección por si allí pudiera encontrarse el menor, pero tampoco tuvieron éxito. Hoy, a partir de las 08.00 horas, se han reanudado las labores para intentar dar con el menor.
El pasado año hubo que lamentar una muerte similar en la zona del Pabellón Puente y el puente del Tercer Milenio. Un camionero marroquí de 29 años que, junto a dos compatriotas, decidió bajar al Ebro para refrescarse y al que se le perdió la vista. Fueron los dos acompañantes los que dieron la voz de alarma un 2 de agosto, siendo encontrado dos días después.
En un afluente del Ebro, en el Gállego, otros dos jóvenes, de 18 y 23 años, murieron ahogados. Los dos en la zona conocida como la Peña del Cuervo. Al parecer, ambos se habían arrojado a la poza desde la peña –a unos 12 metros de altura– para refrescarse pero no sabían nadar y ya no pudieron salir a flote.
