Las freidoras de aire ya llevan unos años entre nosotros, pero ahora están viviendo su boom definitivo por la cantidad de marcas y opciones en cuanto a potencia, capacidad y precio que hay en el mercado. Antes era común que valiesen tres cifras y ahora por 50 euros hay alternativas muy válidas y que cumplen con su función a la perfección.

Lo que permite este tipo de electrodoméstico, mal llamado freidora porque en realidad es una especie de horno más bien que emplea aire muy caliente para cocinar los alimentos, es cocinar sin apenas o sin nada de aceite, por lo que el grado de calorías baja exponencialmente.

Tal es la diferencia que de hecho se puede reducir a un tercio o un cuarto entre si se hacen ciertos productos en una freidora de aire o si se hacen en una de aceite por el grado de absorción. También depende mucho del tipo de alimento, de sus características internas y de su cobertura, pero en lo que no hay duda es en que son mucho más saludables.

Es el caso de las patatas. Tanto es así que este tipo de freidoras de aire se han popularizado tanto principalmente por las patatas fritas, aunque en verdad está mal decir que son fritas, ya que no se emplea absolutamente nada de aceite o una cantidad irrisoria.

Los dos trucos

Ahora bien, si te has puesto a prepararlas es normal que al principio se te hayan quedado muy poco crujientes por fuera pero hechas por dentro o el caso contrario, que se hayan quemado por fuera y que además por dentro todavía no estén perfectamente preparadas. Pero no te apures, allá van los dos trucos definitivos para conseguir las patatas perfectas.

El primero es que hagas lo mismo que si fueras a hacerlas en aceite y es retirar lo máximo posible el almidón. Eso se logra de dos maneras. La sencilla es poner en un cuenco, bol o lo que sea agua cubriendo las patatas y esperar entre media hora y una hora. La segunda, que es más rápida y recomendable, implica lavar, cambiar el agua, volver a lavar, cambiar el agua y seguir así hasta que el agua sea transparente

Y lo segundo, el tiempo y la temperatura. De primeras, seca las patatas y ponlas a 120º durante 10 minutos. Así se irá toda la humedad poco a poco y además se irán haciendo. Cuando acabe el tiempo, súbelas a 180º con sal, pimienta, las especias que quieras y un poquito de aceite de oliva. En unos 15 minutos o 20 deberían estar listas. Eso sí, cada cierto tiempo dales un meneo en la cesta para que se hagan de forma uniforme.