Siempre estamos acostumbrados a hablar de las bondades de la gastronomía. Esos platos y preparaciones que hacen que se nos caiga la baba de lo ricos que saben.

Ahora bien, uno de los grandes temores de muchos viajeros, especialmente en según qué países, es lo que te van a servir. Está la barrera del idioma y, sobre todo, que no sabes qué le van a echar a ciertas comidas.

Pero realmente muchas veces tampoco hay que irse muy lejos para comer alimentos que se pueden calificar, siendo suaves, como difíciles de comer. A priori no son apetecibles y, después de saber lo que contienen o el plato en sí, casi seguro no cambiarás de opinión.

Son desagradables, tienen bichos que asociamos a algo asqueroso y realmente hasta dudamos que tenga buen sabor. Por si acaso, aquí un servidor no se va a arriesgar a ello.

Las cinco comidas más asquerosas

  • Vino de ratón. Como lo lees. Esta bebida tan poco apetecible tiene su origen y consumo en China, Corea del Norte y Corea del Sur y consiste en poner ratones recién nacidos (cuando todavía no tienen pelo) muertos en vino de arroz. O directamente echarlos vivos y que se ahoguen ahí.
  • Hormigas rojas. Esas que cuando las veías te las quitabas rápido por si te picaban total que tienen un sabor ácido y que son muy valoradas en algunos países de Asia.
  • Cerveza de huesos humanos. Difícil de creer, pero es así. No está a la venta y forma parte de un ritual de la etnia cocomo, en Perú. Cuando fallece un familiar se elabora esta bebida para honrar su memoria.
  • Casu marzu. Cerca, muy cerca de aquí, concretamente en Italia está este queso. No está a la venta porque está prohibido, pero sí que se lucha por ello y lo que sí que se permite es hacerlo de forma artesanal. ¿Qué tiene de malo un queso? Que directamente la traducción es "queso podrido" y tiene unas larvas de la conocida como mosca del queso, que llegan fácilmente al centímetro de largo.
  • Fetos de pato. Conocido como Balut, dicen que es muy sabroso e incluso un manjar. Pero vaya, que te comes un huevo de pato fecundado y que, cuando lo abres, tiene dentro y se ve perfectamente el embrión. No como un huevo de gallina, no, mucho más.