Hay elementos de la casa que limpiamos con mucha frecuencia porque así lo requiere su mantenimiento y su estética. Hablamos por ejemplo de los suelos, de la vitrocerámica, de la vajilla, del inodoro o de los cristales, por mencionar algunos.

Otros no tantas veces, porque si no es un engorro considerable, como la campana extractora de humos, todos los muebles de casa o las puertas.

Ahora bien, hay otros pequeños electrodomésticos que los vamos dejando, que nos parecen que están limpios y que están bien, pero es solo en apariencia. Por dentro necesitan una buena limpiada porque la cal y la suciedad se pueden acumular.

Es el caso de las cafeteras, sean del tipo que sean. Cada uso deja restos que, poco a poco, va haciendo que el sabor del café no sea tan natural ni tal intenso. De hecho, se convierte en algo más tipo barro.

Por eso es muy importante limpiarla y no puede ser más sencillo, ya que solo necesitarás principalmente uno de los ases de la limpieza casera del hogar: el vinagre blanco.

El proceso

Sirve para prácticamente todo y pero no es que sea un notable, es que en muchos casos, como es el de las cafeteras, es el mayor sobresaliente que vas a encontrar.

Para limpiar este artilugio con vinagre tienes, primero, que quitar lo máximo posible los restos sólidos y de café que haya por el interior y también revisar el filtro y los depósitos.

Ahora te tocará limpiar pero en dos fases. La primera es coger las piezas desmontables y sumergirlas en un recipiente con una parte de vinagre y dos de agua.

Y esa misma fórmula es la que debes emplear para limpiar la cafetera. Si es de las eléctricas, llena el depósito con esa parte de vinagre y las dos de agua y enciéndela dos o tres veces como si fueses a preparar un café. Así, esa mezcla pasará por los conductos y los irá limpiando. Por último, vuelve a llenar el depósito de agua fría, ponla otra vez para que se vaya el posible aroma a vinagre y lista para volver a utilizarla y bien limpia, desinfectada y descalcificada.