Lo normal es que en invierno haga frío, mucho frío. Es lo lógico y lo que ha ocurrido toda la vida y no hay que alarmarse por ello. Ahora bien, hay episodios que son anómalos, que se salen de lo habitual. Mismamente, solo hay que recordar cómo fue Filomena y la cantidad de afecciones que protagonizó, llegando prácticamente a paralizar el país.

Y aunque de momento el otoño climatológico se está portando bastante bien y no se están registrando demasiados días que se salgan de la norma habitual de estas fechas, la Agencia Estatal de Meteorología ha lanzado un aviso de la que puede ser la primera gran ola de frío que azote a España. Y no está lejos en el tiempo.

La culpa la va a tener una posible rotura del vórtice polar estratosférico que, en caso de producirse, conllevaría "la consecuente salida del aire frío del ártico a latitudes bajas". Y no solo eso, también "un régimen más continuado de lluvias en nuestro país".

"Las piezas encajan"

La AEMET se ha expresado sobre la posibilidad de que esta masa de aire ártico llegue a España. "Las piezas del puzle atmosférico encajan para que esa rotura del vórtice polar pueda producirse", asegura la agencia. De todos modos, agrega, "no es seguro que vaya a suceder y, en caso de que ocurra, todavía no es posible concretar si se podría producir una ola de frío en España o en Europa".

Ahora bien, esa buena noticia contrasta con otra que ha dado el organismo Copernicus de la Comisión Europea y es que, aunque reconoce que el invierno puede ser en su conjunto más cálido que de costumbre, "la probabilidad de alguna ola de frío en la primera parte del invierno es más alta".

"En caso de que se produjese esa rotura del vórtice, la posterior circulación de borrascas por nuestras latitudes, con una mayor frecuencia de lluvias, no es algo que siempre ocurra. Por lo tanto, hay que vigilar la evolución de la atmósfera y ver cómo se va concretando en las próximas semanas, pero por el momento es muy pronto para saber qué ocurrirá exactamente".