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Combatir la ola de calor con una cerveza en jarra helada no es bueno: expertos explican los motivos

Aunque para muchas personas es todo un placer es mejor evitarlo

Combatir la ola de calor con una cerveza en jarra helada no es bueno: expertos explican los motivosShutterstock

Los últimos días han dejado temperaturas muy cálidas, que han producido un fuerte contraste con el frío que habíamos vivido durante las semanas anteriores. Este buen tiempo alcanzará su pico hoy con temperaturas que podrían llegar a los 30 grados en Zaragoza, el máximo registro del que se tiene constancia en un mes de marzo.

Aunque las temperaturas retrocederán un poco tras el intenso calor de hoy, los termómetros seguirán registrando valores cálidos y que invitarán a salir a la calle, disfrutar de unos buenos paseos y de las terrazas de los bares.

Cuando vienen épocas así lo que intentamos por todos los medios es refrescarnos y quitarnos el calor del cuerpo. La mayoría lo hacen con bebidas muy frías que generen una sensación de frescura instantánea en el organismo.

Cuántas veces habrás pedido o habrás escuchado en un bar eso de "ponme una cerveza bien fría, helada". Y el camarero o camarera en cuestión abre un congelador, coge una jarra o una copa bien fría y te sirve una cerveza. Sienta de maravilla, eso es innegable, pero no es bueno y los expertos han detallado por qué.

Los motivos

Varias son las razones por las que la cerveza no se debe servir en copa fría y muchas de ellas tienen base científica. Una de las principales tiene que ver con los aromas. La cerveza tiene unos aromas naturales que se potencian cuando se sirve a una temperatura adecuada y determinada. El caso es que si la servimos demasiado fría se liberan menos burbujas, menos aromas y, por tanto, se quedan en el líquido.

Eso conlleva, no sólo que haya menos aromas al olfato, sino que también los sabores en las papilas gustativas no sean tan intensos. Además, también se ve afectada la carbonatación de la cerveza, ya que en cuanto entra en contacto con el frío de la copa se rompe el carbónico y también se ven afectados los aromas.

En cuanto a la espuma, baja también el nivel óptimo de cremosidad y además se retiene más dióxido de carbono (CO2), por lo que aparte de tener más gases nos sentiremos más llenos y más incómodos.

Y un poco alejado de los parámetros más científicos pero que también influyen está el tema de los congeladores. Hay muchos establecimientos que tienen unos congeladores específicos para las copas y jarras en los que no hay problema, pero otros muchos comparten espacio con carnes, pescados u otros alimentos, lo que puede dar lugar a traspaso de aromas que no son agradables y que cambian el sabor y olor especial y característico de la cerveza.

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