Seis meses han pasado desde el primer día de paros de los tranvías de Zaragoza, coincidiendo con el día de Reyes. Uno menos desde que lo hicieran los del bus y no hay visos de que el conflicto del transporte público vaya a solucionarse. Con las negociaciones rotas (otra vez), y tras varios intentos sin éxito de mantener un encuentro con la concejala de Movilidad, Natalia Chueca, las plantillas exigen ahora una reunión con el alcalde, Jorge Azcón, para tratar de encontrar una solución a una problemática que está en vía muerta.

En ambos casos se está negociando el convenio colectivo y las dos empresas han garantizado la estabilidad salarial y el empleo. Pero no es suficiente porque los comités reclaman derechos laborables: más salario, mejoras en sus turnos de trabajo, una conciliación familiar real y garantías.

Este sábado ha comenzado una nueva jornada de paros en el Urbos 3 que se prolongará hasta el 28 de junio, y que se ha ampliado a los sábados, domingos y también los lunes en horario de 12.00 a 14.00 horas y de 19.00 a 21.00 horas con unos servicios mínimos entre el 40% y el 60%. Es la quinta convocatoria desde enero.

En el autobús, los trabajadores tienen que votar si están de acuerdo con la que será la tercera convocatoria de paros, los martes y jueves de 12.30 a 16.30 horas desde el 8 de junio hasta el 1 de julio. Por primera vez desde que se trasladó el conflicto interno a la calle, los paros se prolongarán durante cinco días de la semana y es muy probable que continúen durante el verano.

Razones

Uno de los motivos por los que los comités no los endurecen es por respeto a la ciudadanía en tiempos de covid e inseguridad. Pero esto también provoca que las consecuencias en los bolsillos de los trabajadores sean menores, de manera que el conflicto puede alargarse en el tiempo, como está sucediendo. Las direcciones de Los Tranvías y Avanza Zaragoza esgrimen que en plena crisis económica no tienen margen para incrementar los salarios como piden. En el caso del bus, reclaman una subida del 2% (hasta 2023) más el IPC.

También exigen una mejor conciliación laboral, la reducción de la jornada y que esta empiece a contar desde que llegan a cocheras. Reivindicaciones que comparten, con sus matices, los trabajadores del Urbos 3.