El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, sorprendió a muchos durante el debate del estado de la comunidad (que tuvo lugar hace dos semanas) cuando anunció que iba a convertir los edificios centrales que quedan libres en el recinto de la Expo, los conocidos como cacahuetes por su forma, en viviendas de alquiler asequible para jóvenes. El Ayuntamiento de Zaragoza ya ha puesto reparos al plan del Ejecutivo autonómico pero, ¿qué opinan los ciudadanos? ¿Se irían a vivir al meandro de Ranillas?

«Hombre, está más cerca que Cuarte de Huerva, pero tampoco pilla muy bien», respondía un joven, Ignacio Moliner, al ser preguntado al respecto. «Tampoco está tan lejos, andando estás al lado del Actur», le aclaraba una chica sentada a su lado. Ambos estaban acompañados de otros tantos estudiantes, que acabaron asegurando que, dependiendo del precio, sí que verían la idea con buenos ojos.

«Tendrían que costar muy poco porque sino no nos los podemos permitir. Pero vamos, si son en alquiler imposible, no podríamos ir», explicaba otro de los presentes, Yago Viñuales, que afirmaba que la zona no le parece mala y que la frecuenta de vez en cuando.

«Ah bueno, si fuera por 300 euros al mes sí que me iba, de cabeza», añadía otro después, Víctor Veramendi, cuando se enteraba de que serán (si se hacen) viviendas de alquiler asequibles promovidas por la DGA. El precio, así como la distancia de la Expo a otros puntos de la ciudad, parecen pues los principales condicionantes que medirían el éxito de esta idea de Lambán.

Con respecto a la distancia, desde los cacahuetes de la Expo hasta el centro comercial Gran Casa, se tardan unos 20 minutos tanto andando como en transporte público. Hasta el centro, hasta la plaza España, serían 30 minutos en autobús y tranvía y 45 andando. Y hasta el campus San Francisco (el más grande de la Universidad de Zaragoza), hay unos 50 minutos en el circular 2.

Dudas de los expertos en la Expo

A pesar de que las distancias son para tenerlas en cuenta, otro joven, de nombre Alfonso, reconocía que también le parece bien la idea de que los cacahuetes se conviertan en viviendas. «Para que estén otros diez años vacíos...», argumentaba. Sin embargo, desde la Asociación Legado Expo afirman que tenían constancia de que «pronto» se iba a abrir un proceso de licitación para dar salida a los tres edificios que quedan sin uso (de los cinco que hay, uno de ellos está ocupado por la Ciudad de la Justicia y otro se reserva para la ampliación de estas mismas dependencias):

«Nos ha sorprendido, porque en su momento se acordó con los 150 propietarios a los que se compró el suelo que no se iban a destinar a viviendas. Si se hace, tendrán que pagar las indemnizaciones y, además, según teníamos entendido, había demanda para seguir ampliando el espacio empresarial», explica el presidente de la asociación, Juan Ibáñez, que indica que, a diferencia de lo que dijo el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, esos terrenos no están catalogados como inundables.