El covid se ha colado de lleno en el Ayuntamiento de Zaragoza y un tercio de los trabajadores de la casa consistorial han estado de baja laboral por coronavirus desde el inicio de la pandemia. Desde que en marzo de 2020 la enfermedad irrumpiera en nuestras vidas, 1.669 empleados la han solicitado, siendo solo el 32% por casos confirmados. Los últimos días de 2021 fueron los más complicados como consecuencia de la aparición de ómicron, la más contagiosa hasta ahora, y solo durante el mes de diciembre se tramitaron 268 bajas, un 34% de las registradas durante todo el año.

Según el informe elaborado por el Servicio de Prevención y Salud Laboral sobre el impacto del coronavirus desde marzo de 2020 hasta diciembre de 2021 en el consistorio, la Policía Local y el Cuerpo de Bomberos han sido los dos servicios con más casos de covid, con 422 y 155 bajas, respectivamente. Coincide que son los dos con más personal, unos 900 agentes y unos 400 bomberos en una Administración en la que trabajan 4.864 personas (último dato de diciembre). Así que, por probabilidades, es lógico que haya más contagios y contactos estrechos.

Si algo queda patente en el informe es que la vacuna ha tenido un efecto muy positivo. Desde marzo hasta diciembre de 2020, el ayuntamiento tramitó 881 bajas por coronavirus, mientras que durante los doce meses de 2021, fueron 788. Casi un centenar (93) menos y en un periodo más amplio.

El número de solicitudes, lógicamente, se ha disparado con las olas registradas. Por ejemplo, la mitad de las bajas de 2020, hasta 441, se concentraron en los meses de agosto, septiembre y octubre (segunda ola en Aragón), mientras que en 2021 sucedió en enero (153), tras las restrictivas fiestas navideñas y en diciembre (268), con la aparición de la variante ómicron.

Protocolo estricto

Desde el inicio de la pandemia, el ayuntamiento ha aplicado un estricto protocolo para minimizar al máximo el efecto del covid, pero en una plantilla de más de 4.800 personas ha sido imposible parar el goteo de contagios que, por otro lado, es extrapolable a cualquier ámbito. Especialmente entre los policías y los bomberos, ya que se trata de dos servicios esenciales con un número muy elevado de trabajados que, además, tienen que convivir.

Por ello, en el caso de los bomberos, por ejemplo, se han creado grupos burbuja que trabajan por turnos, unos equipos que no pueden coincidir para evitar así brotes que pudieran afectar a la prestación del servicio. Algo similar ocurre en el Cuerpo de la Policía, con una organización más complicada por su funcionamiento. Unas medidas que se flexibilizan o endurecen según la incidencia del covid.

Un 63% de las bajas entre los empleados municipales eran hombres

Entre los servicios más afectados y con más bajas laborales tramitadas también destacan los trabajadores de los servicios sociales municipales (130 bajas desde marzo de 2020) y los empleados de las instalaciones deportivas (71). No sucede con los empleados de los centros cívicos que, sin embargo, han sufrido cierres «puntuales» durante los últimos meses por falta de personal.

Según el informe de prevención, solo en el 32% de las 1.669 bajas formalizadas (644) se había confirmado el positivo en covid, mientras que el resto eran sospechosos o contacto estrechos (1.334). Resulta llamativo que hasta el verano eran más los sospechosos que los que tenían una prueba positiva, y que a partir del mes de agosto la tendencia cambió. Desde entonces, han sido más los positivos que los sospechosos, puesto que ya no había que guardar cuarentena estando vacunado.

También han sido más hombres que mujeres los que han solicitado la prestación de incapacidad temporal. Un 63% frente al 36%.