Hay dos motivos por los que los expertos defienden que la nueva Romareda se construya en su actual emplazamiento: porque su impacto medioambiental será menor y porque son los únicos suelos que no presentan problemas, ya que Valdespartera y el Parking Norte tienen «riesgos geológicos potenciales». Dos razones de peso que no son nuevas y que ya se han puesto sobre la mesa en más de una ocasión y en más de una negociación sobre la futura ubicación del estadio que ahora debe retomar el Ayuntamiento de Zaragoza con el Gobierno de Aragón y los nuevos socios del club.
El que fuera jefe de Medio Ambiente del consistorio durante años, Javier Celma, ya concluyó hace lustros, en 2004, que la actual ubicación era la más favorable y la que menor impacto medioambiental iba a ocasionar. Un debate que para entonces tendría que haberse zanjada pero que cada vez que se resucita la reforma de La Romareda resurge.
Hace más de una década ya se puso sobre la mesa la importancia de medir el impacto que podía tener la construcción de un equipamiento de esta índole. Ahora con más razón, matiza Celma. «Una capital que tiene el reto y el compromiso de ser climáticamente neutra en 2030 no puede impulsar ningún proyecto que no tengan en cuenta el impacto medioambiental que va a ocasionar», razona este experto en la materia.
En 2004, cuando se propuso impulsar el proyecto de Lamela, entre el 65% y el 75% de los aficionados acudían andando a La Romareda, entre el «20% y el 30% lo hacían en transporte público --entonces no existía el tranvía--, y un 10% en vehículo privado. Las cifras son muy similares a día de hoy. «Actualmente las condiciones son mejores porque la línea 1 del tranvía puede absorber una demanda importante que en su día se repartida entre el bus y el coche», explica.
Tanto es así que el ayuntamiento tuvo que aprobar la circulación de convoyes dobles durante los días que hay partidos de fútbol, dado que la demanda se dispara hasta un 20%.
«Los coches donde mejor están es en el garaje», dice Celma, que señala que el estadio ofrece alrededor de 2.000 plazas de estacionamiento, «suficientes» para los vehículos que pueden seguir llegando hasta la zona.
En caso de trasladar el campo a Valdespartera o al Parking Norte, los desplazamientos cambiarían notablemente, asegura. «Habría que hacer infraestructuras, como aparcamientos, porque al menos, la mitad de los aficionados (unos 20.000 si el campo tiene entre 40.000 y 45.000 asientos) utilizaría el coche para llegar al estadio», aventura.
En ese informe de 2004, que elaboró de la mano del servicio de Movilidad, se destacaba el volumen de población que reside en un radio de 2,5 kilómetros desde La Romareda. «Es la distancia que una persona está dispuesta a andar sin que le suponga un gran esfuerzo, una media hora», señala. «Esto no sucederá si se traslada a los barrios periféricos».
Además, insiste este experto y exjefe de Medio Ambiente del ayuntamiento, ya en 2004 se tuvo en cuenta la economía circular, es decir, la posibilidad de reutilizar y reparar el espacio actual y reciclar materiales del campo.
Un informe en el que ya se decía que había que aprovechar el campo para crear una gran central fotovoltaica en su zona este y sur y dar, así, cobertura energética a los alrededores. También se planteaba la opción de incluir turbinas eólicas, convirtiendo a la nueva Romareda en un centro de investigación y referencia.
Respecto a las advertencias sobre el ruido que podría ocasionar tener un campo con más capacidad y que albergue competiciones y eventos internacionales y su cercanía al centro hospitalario, el que fuera entonces responsable de Medio Ambiente explica que se podrían colocar paneles absorbentes de sonido para minimizar las molestias.
Junto a vías rápidas
Añade que hay que tener en cuenta que cada partido dura de media unas tres horas, por lo que las molestias provocadas por el ruido se producirían durante unas 60 horas al año, 90 si el Real Zaragoza jugara competiciones internacionales.
Además, tampoco da importancia a los posibles atascos y embotellamientos que afecten al hospital Miguel Servet de Zaragoza. «Se ubica junto a vías rápidas como el tercer cinturón, por lo que serían muy puntuales y solo coincidiría con la finalización de los partidos o eventos», explica.
El número de usuarios del tranvía aumenta un 20% los días de partido
El tranvía de Zaragoza, con parada en el campo de La Romareda, se refuerza siempre que se celebra un encuentro para poder absorber la demanda extra que se genera. Según fuentes de Los Tranvías, el número de usuarios aumenta alrededor de un 20% los días de partido y son unas 7.000 personas extra las que validan sus billetes.
El hecho de que la línea 1 del tranvía tenga parada en el estadio ha sido muy valorada por los distintos agentes que han ido participando en el grupo de trabajo organizado por el Ayuntamiento de Zaragoza ya que se trata de un transporte de alta capacidad, que cubre un importante eje de la ciudad, y que es 100% sostenible, por lo que se presenta como una ventaja a destacar.
Desde Los Tranvías explican que, en el caso de que se construyera el nuevo estadio en su actual emplazamiento y se ampliase el número de asientos hasta los 40.000 o 45.000, el Urbos 3 tendría capacidad para desplazar a otras 7.000 personas más, es decir, a 14.000 aficionados, entre el 35% y el 40% del total.
El momento de mayor demanda siempre es la salida, ya que la llegada al equipamiento se realiza de forma más progresiva y escalonada, lo que evita aglomeraciones o esperas extra en las paradas.
Por otro lado, no es baladí construir la nueva Romareda en un terreno u otro. Según el estudio del geólogo Javier Gracia Abadías, exvicepresidente del Colegio de Geólogos de Aragón, su actual ubicación es la que menos problemas presenta para albergar un equipamiento con más de 40.000 asientos.
En su informe, elaborado para la gerencia de Urbanismo, señala que «la Romareda se apoya sobre una terraza media del río Huerva, las opciones de San José y Veterinaria sobre la terraza media del río Ebro, estando la del Parking Norte ubicada en la terraza baja del Ebro muy próxima a su cauce, por lo que es zona inundable. La zona de Valdespartera es la que tiene un contexto más diferenciado del resto, al encontrarse en la depresión de Valdespartera siendo una zona endorreica y con influencias margoyesíferas».
La opinión de los bomberos
Por todo ello Gracia concluye que «la opción que presenta las mejores condiciones desde el punto de vista geológico, geotécnico, hidrogeológico, de aprovechamientos y de la inexistencia de riesgos geológicos en la ubicación del actual estadio de la Romareda». No significa que en el resto de suelos no se pueda construir el campo, pero sí que entraña más problemas y salvarlos ocasionaría un coste mayor. En el Parking Norte, por ejemplo, los cimientos tendrían que ser más profundos al estar en una zona inundable y con agua bajo la superficie, mientras que Valdespartera presenta riesgo de hundimientos del terreno, donde ya se han formado dolinas.
Y también desde el punto de vista de la seguridad, La Romareda es la opción predilecta para los expertos, según explicó el pasado viernes el jefe de Bomberos de Zaragoza, Enrique Sánchez. El Parking Norte es una zona inundable, señaló, mientras que la actual ubicación tiene cerca un parque de bomberos, un cuartel de la Policía Local, el hospital Miguel Servet y un espacio polivalente, como la sala Multiusos, para poder atender heridos en caso de emergencia.
