Las familias de los colegios públicos de Romareda (CP Doctor Azúa, CEIP César Augusto, CEIP Cesáreo Alierta y CEIP Margarita Salas) se encuentran divididos ante la propuesta de cambio de horario, saliendo los menores a las 16.00 horas, en lugar de a las 17.00 horas, después de que los cuatro dijeran no a la jornada continua. Unos creen que «las modificaciones en los horarios son relevantes y si se meditan con calma se puede apreciar que afectan a la igualdad de oportunidades». Otros, sin embargo, se muestran partidarias de un «modelo más inclusivo que les permita conciliar y proporcionar a sus hijos una vida apoyada en los valores de la familia».

De hecho, los partidarios de salir una hora antes (se reduciría el periodo intersesiones, periodo que dicen, «son además las horas de mayor conflictividad en los centros y alargan innecesariamente la jornada escolar) creen que esto les ayudaría «a pasar más tiempo con sus hijos» y a «reducir el coste por el pago de extraescolares en dicha franja horaria». Para los que no pudieran recoger a sus hijos en esa hora, los centros tienen «alternativas», señalan, por lo que el horario se mantendría. El CEIP César Augusto ha rechazado el cambio, el Cesáreo Alierta lo ha aprobado y llevará la propuesta a votación del Consejo Escolar. El CEIP Margarita Salas y el CP Doctor Azúa (la encuesta tendrá lugar el miércoles, 8 de junio) realizarán un sondeo antes de llevar la propuesta al Consejo Escolar.

Los padres que respaldan la decisión tomada por la dirección de sus centros señalan que cambio horario que solicitan los contrarios reduciría el periodo intersesiones en una hora y fijaría la salida a las 16.00 de la tarde, es esperado con ilusión por muchas familias, a las que ayudaría a pasar más tiempo con sus hijos y a reducir el coste por el pago de extraescolares en dicha franja horaria.

Para los que no pudieran disfrutar del cambio, los centros tienen alternativas, como el servicio de corresponsables de la DGA, que ofrece la atención gratuita a todos los niños que no pudieran ser recogidos hasta las 17:00, así como el mantenimiento del horario de salida de las rutas de autobús. Además, unas AMPAS con voluntad seguro que pueden organizar las extraescolares para satisfacer las necesidades de las familias que lo deseen en el horario de 16:00 a 17:00. Según estas familias, aunque en las publicaciones en prensa procedentes de la citada plataforma se indique que mayoritariamente los padres y madres son reacios al cambio, la realidad es bien distinta: una gran mayoría se manifiesta abierta a cualquier cambio que pueda redundar en el beneficio y bienestar de sus hijos.

A modo de ejemplo, aunque en la pasada votación de tiempos escolares no se pudo realizar el cambio a la jornada continua más compatible con la conciliación y que ya disfrutan 179 de 188 centros públicos de la provincia de Zaragoza, en los cuatro centros públicos de la Romareda la mayoría de los votantes apoyaron el cambio, en algunos casos con más del 70% de votos emitidos. Paradójicamente, fueron las abstenciones las que decidieron e impusieron su resultado en un sistema de elección no basado en los principios más básicos de la democracia.

Estas familias también denuncian que la citada plataforma, según se publica en prensa, acusa a los maestros de influir en la opinión de los niños para que reivindiquen la jornada continua, lo que parece una estratagema para generar dudas y desconfianza en las familias, crear mala prensa acerca del colectivo docente y seguir imponiendo su modelo único y excluyente. No obstante, como aseguran estas madres y padres, la solicitud del cambio horario es una necesidad de muchas familias.

Según explican, en estos centros las AMPAS están muy empoderadas y pretenden seguir imponiendo el modelo actual, sin escuchar a muchos de sus socios que prefieren otros modelos que permitan la conciliación a más familias. En palabras de estos socios, “para nosotros las AMPAS tienen que velar por ofrecer servicios a las familias siempre adaptándose a las necesidades de estas”. Algunas familias se sienten discriminadas porque no se ven escuchadas por sus propias AMPAS: “en estos centros, es muy difícil desmarcarse y salirse del AMPA aunque sientas que no te representa. Muchas familias tienen miedo a sentirse señaladas, así que tragan y siguen asociadas”.

La reducción de horario implica eliminar una de las tres horas intersesiones que hay entre las clases de la mañana y las de la tarde, lo cual tiene claras ventajas. Por un lado, destacan los beneficios pedagógicos ya que actualmente los niños llegan muy cansados y descentrados a las sesiones de la tarde. Por otro lado, se les ahorra una hora de patio bajo las inclemencias climatológicas de nuestra ciudad, excesivamente calurosa en unas épocas y demasiado fría en otras. Además, el cambio permitirá a muchas familias reducir el gasto que supone la contratación de extraescolares para que sus hijos no estén dos horas en el patio sin ningún tipo de actividad dirigida. Una familia con dos niños puede pagar alrededor de 320 euros al mes entre comedor y extraescolares, lo que acarrea un gasto anual de alrededor de 3000 euros.

Finalmente, señalan que recuperar esa hora permitiría ganar una hora a la tarde (noche en invierno) para que los niños hicieran otras cosas fuera del centro, ya sean extraescolares que el AMPA no puede ofrecer, ya sea jugar con sus hermanos o amigos, estar con la familia, hacer deberes en los cursos superiores o simplemente descansar. Sin perjuicio de aquellas familias que necesiten que se mantenga el horario de atención y recogida hasta las 17:00, estas familias consideran vital liberar a los menores de las actuales tres horas intersesiones, que son además las horas de mayor conflictividad en los centros y que alargan innecesariamente una ya excesiva jornada escolar