Lola Ranera se estrenaba en el debate sobre el estado de Zaragoza como candidata a la Alcaldía. Su primera prueba de fuego, una carta de presentación de las primeras pinceladas de su modelo de ciudad para transformar la capital trabajando desde los barrios y para todos los vecinos, como suelen decir desde las filas socialistas.
Ranera, tras el discurso de «despedida» del alcalde, se presentó como la mejor alternativa de Gobierno frente a un Jorge Azcón «a la fuga» y con un «legado nulo» que ha optado por «el culto al populismo» y que ha convertido al ayuntamiento en «una sucursal de Génova». «Usa la Alcaldía como trampolín para su carrera política», le ha reprochado. Prueba de ello, ha venido a decir, es que a los pocos meses fue nombrado presidente del PP en Aragón, tras ser el «más fiel soldado» de Casado y después de Feijóo. «Usted se va porque es un alcalde fallido, porque es una marioneta de Génova, y se va a la DGA porque solo sabe ser el jefe de la oposición», ha afirmado Ranera en su turno de réplica, en el que ha elevado el tono y acusó al regidor de carecer de «modelo de ciudad».
Ranera ha criticado que la ciudad «está más sucia, descuidada y peor comunicada», tras más de 600 días de huelga en el autobús urbano, «la más larga de la historia». La socialistas incidido, al hilo de la huelga, en que Zaragoza es la única de las grandes ciudades donde no se ha recuperado el uso del transporte público y ha lamentado que no se haya aprovechado la legislatura para afrontar la remodelación de las líneas de bus tras enterrar cualquier expectativa de impulsar la línea 2 del tranvía.
La socialista ha hecho hincapié en el "fracaso" de las políticas en materia de vivienda impulsadas -o anunciadas- por PP-Cs. Porque, ha recalcado, ni se ha logrado poner en marcha el primer barrio solar, ni el ambicioso plan para sembrar de placas solares en el cementerio de Torrero, ni la zona de bajas emisiones. Todo ello pese a que la capital fue elegida por la comisión europea como una de las cien ciudades europeas que pueden llegar a ser climáticamente neutras antes de 2030.
En materia fiscal ha ridiculizado el ahorro que supondrá la bajada del tipo del IBI, «tres euros al año», o lo que es lo mismos «dos barras de pan». También cuestionó la política de vivienda del Gobierno de PP-Cs que de las 4.700 licencias de vivienda aprobadas en esta legislatura, tan solo 500 son de VPO y ninguna para el alquiler público. «La gente se va del barrio por falta de alternativas habitacionales», ha declarado. En cambio, ha presumido de que Javier Lambán tiene proyectos para ampliar el parque público en la Expo, Torre Ramona y Valdefierro.
Lola Ranera, que ha acusado al alcalde obviar a la oposición, ha tirado de hemeroteca para demostrar que el PSOE está preparado "para ganar". "Cuando los socialistas hemos gobernado, hemos demostrado ambición y puesto en marcha políticas que han logrado más igualdad, más libertad, más bienestar y más calidad".
Y lo que es más, ha subrayado que fueron los socialistas los que lograron Zaragoza fuera "una ciudad referente a nivel nacional e internacional", como sucedió durante la Expo del Agua de 2008. "Ya lo hicimos una vez. Recogimos una ciudad con un gobierno de derechas (el de Rudi) que había condenado a Zaragoza a una política efímeras, de flores y maceteros, de falta de proyectos y alejada de las necesidades. La historia se repite", ha declarado antes de apostar por una ciudad que recupere las riberas del Ebro y los barrios, con un diseño de la movilidad más respetuoso, generadora de energía renovable y, en definitiva, ·con un Gobierno que se haga cargo de los problemas de todos los ciudadanos".
