Bingo. El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha usado el debate del estado de la ciudad de este martes, el último de este mandato, para anunciar su legado. Cuando todavía no se conoce si el líder del PP en Aragón se quedará en el ayuntamiento o se mudará a las Cortes, el regidor se ha preocupado de desvelar cómo y por qué quiere ser recordado. Y para sorpresa de pocos, o de nadie, la nueva Romareda es su apuesta para perdurar, un proyecto que ha ligado a la rehabilitación del cauce del Huerva, una actuación que siempre se compara con la ejecución del plan de riberas del Ebro que inició y culminó Belloch.

El Huerva será por tanto el Ebro de Azcón y La Romareda su Expo. O eso pretende. Y para asegurarse de que el proyecto del nuevo estadio lleve siempre su sello, aunque él no siga al frente del consistorio, el alcalde quiere dejarlo todo atado y encaminado antes de las próximas elecciones. Así lo anunció durante su discurso, de más de una hora y media y en el que defendió su gestión durante este tiempo, que contrastó con “los líos constantes”, criticó el líder del PP, de los gobiernos del PSOE y de ZeC en el pasado.

Más allá del nuevo estadio y de los cauces del Huerva, el alcalde anunció una tercera operación calles que supondrá la reforma de nuevas vías, entre las que destaca el Coso Bajo. No obstante, al contrario que en ocasiones anteriores, Azcón no aportó cifras concretas sobre la inversión que supondrán las nuevas obras anunciadas, puesto que en los seis meses que restan de mandato solo tendrán tiempo para encargar la redacción de los proyectos. El cambio de las bombillas de la ciudad, una iniciativa que supondrá una inversión millonaria, ha sido su apuesta para continuar por la senda de las políticas verdes con las que el regidor también ha querido siempre identificarse.

Sobre La Romareda, Azcón desveló ese plan que todo el mundo sabía que existía pero del que hasta ahora solo se conocían los trazos más gruesos. El alcalde ha anunciado que a la próxima comisión de Urbanismo se llevará una modificación del Plan General para dar cabida a los usos terciarios en el terreno del estadio municipal. Esto es un paso necesario para que el futuro equipamiento pueda incluir, además del terreno de juego, otros servicios, tiendas u centros de negocios. 

Esta conversión permitirá que el futuro estadio sea rentable y que el inversor que ponga el dinero, presumiblemente el Real Zaragoza, pueda recuperarlo a través de los ingresos que genere el campo. 

Un traje a medida para que el club pague las obras

 “Los nuevos gestores del club nos aseguran que con la inclusión de esa cantidad de suelo de uso terciario en el nuevo campo está garantizada la viabilidad de la construcción a cambio de la gestión sin que el ayuntamiento tenga que realizar desembolsos añadidos”, ha dicho Azcón. 

Es decir, el consistorio modificará el PGOU a medida de las necesidades de la actual dirección del club para garantizar que la inversión para financiar las obras sea rentable. Un traje a medida en toda regla a cambio de que el ayuntamiento no tenga que poner ni un euro para levantar el nuevo estadio.  

El campo, ha apuntado también el alcalde, tendrá que estar acabado en 2029

Eso sí, el Real Zaragoza no puede gestionar el campo sin que haya antes un concurso público que determine a quién se cede el equipamiento. Así, Azcón ha anunciado que el siguiente paso tras la modificación del PGOU se dará en el primer semestre de 2023, todavía con él como alcalde, cuando se convoque un concurso para adjudicar las explotación del nuevo estadio a cambio de financiar las obras. “Un concurso en el que introduciremos las cláusulas precisas para conjugar la gestión privada con la preservación del interés público municipal”, ha explicado el regidor. 

Desde el club, el director general de la sociedad anónima, Raúl Sanllehí, se limitó a confirmar a este diario «que están en contacto constante» con el ayuntamiento. El estadio, ha apuntado también el alcalde, tendrá que estar acabado en 2029, para así llegar a tiempo en caso de que la ciudad forme parte de la candidatura de España para el Mundial de 2030 (junto a Portugal y Ucrania). 

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FOTOGALERÍA | Primera jornada del debate sobre el estado de la ciudad de Zaragoza Jaime Galindo

En la modificación del PGOU es donde se encuentran el proyecto del nuevo estadio con la financiación de la reforma de las riberas del Huerva. Será el día 21 de este mes cuando, en la comisión de Urbanismo, se proponga para su aprobación un cambio en el Plan General que permita la utilización de 42.500 metros cuadrados de usos terciarios (comerciales) que están asignados desde 2005 a la parcela de la actual Romareda.

De esos 42.500 metros cuadrados, la mitad se incorporarán a a la parcela del nuevo estadio, para que el campo pueda incluir actividades comerciales de todo tipo “que actualmente son parte indisoluble de este tipo de infraestructuras” y que facilitan, ha explicado Azcón, “la llegada de inversores dispuestos a construirlas y gestionarlas”. Eso, además, dejando fuera "el habitual recurso de suelo residencial en este tipo de operaciones", algo que el alcalde sabe que suscita reticencias en los grupos de la izquierda.

Enajenar suelo para financiar la reforma del Huerva

El resto del suelo terciario disponible en este área, esos más de 20.000 metros cuadrados restantes, será enajenado (vendido) más adelante “para poder financiar el proyecto de recuperación e integración urbana del cauce del Huerva en la ciudad”, un proyecto ya anunciado por el equipo de PP y Cs y que va a recibir 1,6 millones de fondos europeos para sufragar las obras, que comenzarán en la primera mitad del 2023. La actuación de recuperación en su conjunto, en todo el tramo urbano del río, supondrá una inversión de 9,9 millones.

Con ambos anuncios, con las formas de proceder ya pautadas, Azcón se asegura dejar la senda marcada de cara a la siguiente corporación, repita él como alcalde o no. “Iniciamos un camino irreversible hacia la consecución de de grandes proyectos urbanísticos llamados a modificar y mejorar de forma significativa la imagen de Zaragoza y la calidad de vida de sus ciudadanos”, ha indicado el regidor.

Sin embargo, sobre el estadio todavía quedan incógnitas por despejar, puesto que como le recordó el PSOE hace unas semanas, el concurso público para la cesión de la gestión del estadio deberá incorporar un anteproyecto de la reforma que permita conocer los costes aproximados que supondrá la obra. Sin conocer cuánto valdrá, mal podrá estimarse la inversión que deberá aportar el nuevo gestor y por cuántos años deberán explotar el equipamiento para recuperar su desembolso inicial.

Sobre la reforma del estadio, este mismo martes ha habido contestación por parte del Gobierno de Aragón, que indirectamente se desentendió del proyecto hace unos meses. El consejero de Hacienda de la DGA, Carlos Pérez Anadón, ante las preguntas de los periodistas, se ha limitado a decir tras el discurso del alcalde que el anuncio llega “tres años tarde”. “Si Azcón lo convierte en realidad ayudaremos a que sea legal y viable”, ha dicho. Y ese matiz, el de la legalidad, no es menor. Pérez Anadón era teniente de alcalde en 2006 cuando un juzgado paralizó las obras de reforma del estadio impulsadas por Belloch tras dos recursos presentados por el PAR y el PP.

Y precisamente desde el PSOE municipal, Lola Ranera ha alertado de «posibles atajos legales» en la forma escogida para llevar a cabo la reforma del campo, mientras que Podemos le ha recordado al alcalde que se comprometió también a levantar, además de un nuevo estadio, una ciudad del deporte.

Asimismo, Vox no ha garantizado este martes su voto a favor en esa modificación del PGOU y pidieron recibir toda la documentación al respecto con la suficiente antelación para poder estudiar el asunto antes de posicionarse. Los dos votos de la ultraderecha serían necesarios para que PP y Cs sacaran adelante su propuesta en la comisión de Urbanismo en caso de que la izquierda se posicione en contra.

Balance de su gestión

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En su largo discurso, Azcón ha dedicado una gran parte del tiempo a hacer balance de su gestión, que ha tratado de vender como eficiente y resolutiva. Destacó el descenso de la deuda municipal en más de 200 millones y las bonificaciones fiscales aprobadas, ahora tan de moda.

El regidor también ha sacado pecho de los proyectos que ha desatascado durante este mandato y que llevaban años pendientes: la urbanización de la factoría Averly, las viviendas y la ampliación del parque Pignatelli, la transformación del cuartel de Pontoneros, la ampliación de Tenor Fleta, el soterramiento de la línea de alta tensión de Parque Venecia y la reforma de la avenida Cataluña entre otros. A pesar de todos estos logros, trabajados a lo largo de los tres años anteriores, Azcón sabía que necesitaba de un legado que fuera más allá de acabar con las deudas pendientes del consistorio. La Romareda y el Huerva son su apuesta.