Adiós al convento de Jerusalén: Comienza el derribo de este histórico edificio

En la parcela se construirá un complejo residencial para personas mayores y otro para estudiantes MIR del Hospital Miguel Servet

La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza le concedió la licencia de derribo a la promotora la semana pasada

Bancalé adquirió en 2019 la propiedad y acabó recurriendo a la Justicia para conseguir el aval del consistorio

Carlota Gomar

Carlota Gomar

El antiguo convento de Santa María de Jerusalén de Zaragoza, frente a La Romareda, pasará a la historia en pocos días. Este miércoles han comenzado las obras de derribo de este histórico inmueble, vacío desde 2014 y adquirido por la firma inversora Bancalé en 2019 para crear un complejo residencial para personas mayores --con pisos tutelados para los válidos-- y una residencia para estudiantes sanitarios Médicos internos residentes (Mir). La inversión podría alcanzar los 80 millones de euros y los edificios estarían listos para ser habitados en 2026. 

Los trabajos de demolición se prolongarán durante meses y se harán por partes. Han comenzado por el derribo del antiguo convento, sin uso desde que en 2014 lo abandonaron las últimas cinco monjas de la congregación. Las obras continuarán por el edificio de viviendas y los tres almacenes distribuidos en una parcela de 9.296 metros cuadrados con una superficie edificable de 13.760 metros cuadrados.

Juan Fabre, a través de su empresa Enta Properties, adquirió «por unos seis millones» este histórico inmueble para el que se solicitó su catalogación. Era la única forma de evitar su derribo. 

Comienza el derribo del convento de Jerusalén

Jorge Aguilera

ZeC lo intentó sin éxito. De hecho, Fabre acabó solicitando por la vía judicial la licencia de derribo y construcción al ayuntamiento zaragozano, que firmó la semana pasada (en la Gerencia de Urbanismo del día 17), meses después de que la Justicia le obligara a hacerlo.

2019, año de la compra

El origen de la polémica se remonta a 2019, cuando Fabre adquirió los terrenos y solicitó la licencia de derribo y urbanización. El entonces responsable de Urbanismo, el concejal de ZeC Pablo Muñoz, encargó un informe a una arquitecta de su área en el que se ponía sobre la mesa la posibilidad de otorgar algún tipo de protección o catalogación a este inmueble para impedir su demolición. Este documento se firmó el 28 de mayo de 2019, días después de las elecciones municipales. 

Cuando Víctor Serrano asumió la concejalía de Urbanismo en el Gobierno de PP-Cs encargó un segundo informe, pero esta vez a la Comisión Municipal de Patrimonio, que concluía que no debía catalogarse el antiguo convento. Se emitió el 14 de abril de 2021 y, aunque dejaba sin efecto la suspensión aprobada un año antes, no se elevó a la Comisión de Patrimonio de la DGA hasta principios de 2022 que, por otro lado, respondió que no era el órgano competente para decidir al respecto. 

Comienza el derribo del histórico convento de Jerusalén de Zaragoza

Ángel de Castro

En su fallo, el juez señalaba que ni el ayuntamiento ni el Gobierno de Aragón decidieron proteger el antiguo convento, la única vía posible para evitar que Fabre desistiera de sus planes y llevase a cabo un proyecto «con enorme envergadura económica». Para el magistrado era evidente el «notorio retraso» en la tramitación que estaba sufriendo el expediente, una praxis que para la parte demandante se traducía en «abuso y desviación de poder», lo que, alegaba, le ha generado «graves daños y perjuicios económicos». 

La sentencia es de enero y hasta hace 10 días no recibió el visto bueno para poder dar la orden de ejecución del derribo, que se prolongará durante un mes.