LA CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO ESTADIO

La nueva Romareda echa a rodar con solo 6 millones del Real Zaragoza

El Gobierno de Aragón impulsa con 20 millones de aportación directa el nuevo campo mientras que el club pone el proyecto del arquitecto César Azcarate y unos tres millones en dinero. Si no hay más actores, las tres entidades se comprometen a constituir la sociedad mercantil antes de que termine el año con una aportación de 40 millones cada una durante los próximos cuatro años

Azcón, Chueca y Sanllehí firman un "compromiso inquebrantable" que la Federación de Fútbol exigía para garantizar la construcción del campo, condición 'sine qua non' para que el Mundial de Fútbol 2030 pare en Zaragoza

El campo se comenzará a construir el 8 de julio de 2024, tras el concierto de Bunbury, en los suelos que aportará como capital inicial el Ayuntamiento de Zaragoza, tasados en 24,5 millones de euros

Chueca, Azcón y Sanllehí, este viernes en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Zaragoza.

Chueca, Azcón y Sanllehí, este viernes en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Zaragoza. / Andreea Vornicu

La primera piedra, sobre el papel, del nuevo estadio de La Romareda se ha colocado este viernes en el Ayuntamiento de Zaragoza. Natalia Chueca, Jorge Azcón y Raúl Sanllehí (en representación de Jorge Mas, que firma el acuerdo), han rubricado el documento que sirve de "compromiso inquebrantable" para la creación de una sociedad mercantil que aportará un capital social de 50,5 millones de euros antes de final de año para iniciar las obras el 8 de julio de 2024, los plazos que exigía la RFEF para que la ciudad del Ebro sea sede del Mundial de 2030.

El proyecto resucitará gracias a la aportación del Gobierno de Aragón, ahora en manos de PPy Vox, que inyectará 20 millones procedentes de las arcas públicas para que la operación eche a rodar. El ayuntamiento pondrá los suelos, tasados en 24,5 millones. Y el Real Zaragoza, que hasta hace dos meses iba a financiar la construcción del estadio por su cuenta y riesgo con una inversión de 140 millones, aportará de inicio la escueta cantidad de seis millones de euros, entre los que se incluyen los proyectos de construcción, de derribo y constructivo, ya elaborados y que están valorados en unos tres millones de euros. Las tres partes aportarán hasta 2028 partidas sucesivas hasta alcanzar los 40 millones de euros de inversión cada una.

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El acuerdo recoge varios compromisos clave, como la búsqueda de nuevos socios para la sociedad en un futuro. No es una cuestión menor: toda la inyección que llegue de participantes externos supondría aumentar, en un principio, la base de 120 millones de capital social que suman a partes iguales el club, el consistorio y la DGA. Faltará, eso sí, financiación para ejecutar las obras, pues sin los activos patrimoniales (los suelos o los proyectos) la sociedad debe encontrar todavía unos 50 millones de euros, lo que se estima en el anteproyecto.

La alcaldesa de Zaragoza no ha cerrado la puerta a la entrada con aportación directa de entidades financieras como Ibercaja u otras que han mantenido una relación histórica con el club blanquillo. "Seguimos manteniendo reuniones con distintos actores", ha dicho Chueca, que ha expresado su agradecimiento a Jorge Azcón, su predecesor en la alcaldía e impulsor del proyecto, puesto que "nunca un presidente de Aragón se había implicado tanto en un proyecto tan importante para la ciudad".

Jorge Azcón, en esta línea, también ha invitado a otras entidades a sumarse al proyecto, dada la "vocación abierta" que tiene. El presidente no ha desaprovechado la ocasión para mandar un recado a la Diputación Provincial de Zaragoza y al PSOE: "Si alguien no quiere trabajar por este proyecto, que no estorbe, porque ya no es un sueño, sino una realidad". 

El pacto permite cumplir con el ultimátum de la Real Federación Española de Fútbol para mantener a la capital aragonesa con opciones de albergar partidos del Mundial 2030, pues esta había exigido «un compromiso inquebrantable», en palabras de Azcón, para aportar el capital social que la sociedad mercantil que se constituirá antes de final de año debe asegurar para levantar el nuevo campo. «El de hoy es un día decisivo para la ciudad», dijo Azcón, ya que el proyecto es «imparable, esta vez sí», señaló el presidente, para destacar a contiuación que se trata de un proyecto «con vocación de crecer y cuanta más gente se sume más lejos se llegará».

"Seguimos en negociaciones para sumar entidades a la sociedad"

Natalia Chueca

— Alcaldesa de Zaragoza

Para Raúl Sanllehí, el director general del Real Zaragoza, el estadio será "de todos los aragoneses" y no solo del club. "Desde la entrada de la nueva propiedad hemos intentado regar las raíces que el Real Zaragoza tiene con la sociedad aragonesa", ha asegurado.

Esta 'primera piedra' sobre el papel se convertirá en realidad "que ya deja de ser un sueño", según lo asegurado por Chueca, el 8 de julio de 2024, el primer día laborable tras el concierto de Enrique Bunbury en el vetusto estadio zaragozano. Será entonces cuando comiencen las obras de demolición, una actuación cuyo balón se echa a rodar hoy mismo con la firma del protocolo, lo que abre la puerta a la licitación del derribo, que se producirá en el primer trimestre de 2024, y el concurso para adjudicar las obras de construcción, que se publicará durante el segundo semestre 2024.

Trabajo "en tiempo récord" tras el revés de los pliegos

Natalia Chueca ha expresado su "felicidad" por la posibilidad de firmar el acuerdo y ha celebrado el trabajo realizado "en tiempo récord" para revivir un proyecto que quedó paralizado por el Tribunal Adminsitrativo de Contratos Públicos de Aragón (Tacpa) tras prosperar un recurso de Podemos el pasado 4 de julio. El Tribunal Superior de Justicia de Aragón desestimó el recurso al entender que el órgano antes citado no tenía competencias para paralizar los pliegos del proyecto, por lo que la operación volvió a la vida en septiembre. Todo cambió desde entonces, pues el Real Zaragoza, que iba a financiar el estadio con capital privado por completo, tuvo que retraerse de esta intención por "las inseguridades jurídicas" que rodeaban la construcción del campo, si bien ha acabado entrando con el 33,33% de la aportación de capital social.