Hallan un mosaico romano enterrado en Zaragoza: "En cada sondeo puede aparecer cualquier cosa"

El Casco Histórico de la capital aragonesa es un museo enterrado. Allí donde se abre una zanja pueden aparecer restos de la Caesaraugusta romana, la Saraqusta musulmana o la Zaragoza de Los Sitios. Y así ha ocurrido en la excavación de un solar en el que se va a construir un edificio de viviendas en la plaza del Ecce Homo, donde ha aparecido un mosaico y los restos de una gran domus (casa) del finales del siglo III d.C.

«No es ni mucho menos poco habitual. Todos los mosaicos de este tipo son interesantes pero este no tiene imágenes figuradas. Es polícromo, con figuras geométricas, como hay tantos», explica ahora Francisco Romeo, jefe de sección de Prevención de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón.

El mosaico se halló en las catas arqueológicas que se hacen, por norma, cuando se inicia la construcción de cualquier edificio en el Casco Histórico de Zaragoza, puesto que es una zona habitada desde hace más de 2.000 años y con construcciones que se han ido superponiendo a lo largo del tiempo. «Cuando se hace cualquier tipo de obra en la parte antigua de la ciudad por indicación nuestra se tienen que hacer sondeos arqueológicos para ver lo que puede haber», explica Romeo.

En el caso del mosaico encontrado, este data de la época romana, de finales del siglo III y principios del siglo IV d. C., si bien los vestigios se encuentran dañados por las excavaciones emprendidas en los siglos XVII, XVIII y XIX para construir bodegas.

«Las piezas encontradas están machacadas por las bodegas y también por la excavación de pozos en la época islámica. Los restos son muy parciales pero también hemos encontrado las ruinas de lo que debió ser una gran domus romana», comenta el jefe de la sección de Prevención de Patrimonio Cultural de la DGA.

Una vez encontrados, lo que se hace es documentar los restos, examinarlos, fotografiarlos y, cuando ese trabajo ya está realizado, un equipo de restauradores lo levanta para poder trasladarlo a un lugar en el que pueda ser estudiado y conservado. En el caso de que aparezcan restos monumentales, explica Romeo, las autoridades de Patrimonio «son partidarias» de «integrarlos en el proyecto constructivo», como ocurrió con las ruinas de la muralla que aparecieron en Puerta Cinegia. «Hay que compatibilizar la conservación de los restos arqueológicos con la evolución de la ciudad», añade este experto.

La mayoría de los mosaicos encontrados en Zaragoza son depositados en los fondos del Museo Provincial, actualmente en obras, «donde quedan a disposición de la sociedad y de los investigadores», a la espera de que puedan «reinstalarse donde se considere oportuno».

Un zócalo protegerá los restos del Balcón de San Lázaro

Eso sí, cuando aparecen restos en los solares y obras, Romeo explica que hay que tener «mucha discreción» hasta que son depositados en un lugar seguro para evitar expolios, puesto que los mosaicos y este tipo de restos tienen un precio en el mercado negro. «Cuando se encuentran se comunica al ayuntamiento y a la Policía Nacional para estrechar la vigilancia», comenta.

Cada vez que se abre el suelo de Zaragoza puede aparecer «cualquier cosa». «Siempre queda algo por descubrir. Ha aparecido ya el Teatro Romano, las termas, el puerto, el foro… pero en un momento dado puede sonar la flauta y que toparnos con un gran hallazgo», zanja Romeo.

En esta ocasión, el mosaico se ha encontrado en el solar que hay justo detrás de la Audiencia Provincial, en la plaza del Ecce Homo, enfrente de la Escuela Universitaria de Turismo de Zaragoza. Allí, la promotora Gestión Común está construyendo un bloque de 28 viviendas de hasta tres dormitorios. Los futuros vecinos del edificio vivirán encima de la que fue una casa señorial en época romana.