URBANISMO

Las calles recién reformadas en Zaragoza ya despiertan nuevas quejas ciudadanas

El tiempo y la falta de mantenimiento pasa factura a las zonas verdes y peatonales de cuatro viales que protagonizaron las renovaciones integrales de los dos últimos años en la capital aragonesa. Las calles Ricla, Félix Latassa y Predicadores, y la plaza Salamero ya reciben críticas de quienes las recorren por el poco mimo municipal en su cuidado diario.

Andrea Sánchez

Andrea Sánchez

En el corazón de Zaragoza, las calles Predicadores, Félix Latassa, Ricla y la plaza Salamero experimentaron renovaciones integrales en los dos últimos años. Estas reformas urbanas no solo han cambiado la apariencia física de estos lugares, sino que también han tenido un impacto en la vida cotidiana de quienes transitan por ellas. 

Un paseo por las calles revela el estado tras la reforma. Empezando desde Predicadores, su cambio de cara se inició en octubre de 2021 y para el verano de 2022 estaba terminada. Según fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza el objetivo era "la creación de un eje de prioridad peatonal entre el Mercado Central y la plaza de santo Domingo". Y así fue, en esta calle los peatones tienen la prioridad y la velocidad de circulación está limitada a 20km/hora. 

Uno de los puntos que remarcaron desde el ayuntamiento en el plan de reforma de la calle era la plantación de arbolado y arbustivas. A día de hoy, se puede ver los parterres están "abandonados", manifiesta Julio mientras pasea con su mujer. "Cuando arreglaron la calle pusieron flores y quedó preciosa, pero entre la gente y sus mascotas…", concluye. Mientras Juan Carlos va de camino al trabajo, expresa que "deberían plantar otro tipo de arbustos más llamativos", pero en cuanto a la limpieza de la calle, la ve "bastante bien". Manuela vuelve a su casa después de haber comprado el pan, ella menciona que "una vez arreglan la calle, se queda muy descuidado". Piensa que "debería haber una norma para que revisaran de vez en cuando cómo está todo". Respecto al estado de las zonas verdes, mientras María Jesús acompaña a su madre indica que es "antiestético, lo primero, y antihigiénico, lo segundo".

Estado de la calle Predicadores.

Estado de la calle Predicadores. / Laura Trives

Desde la calle Predicadores se avanza por la avenida César Augusto y se llega a la plaza Salamero. Su reforma finalizó en marzo de este año depués de casi tres años. Y muchos zaragozanos piensan lo mismo sobre su transformación. Mientras Beatriz mira el escaparate de una tienda de juguetes afirma que, aunque no suela pasar por la zona, no le gusta "nada" la reforma que han hecho. Marta va de paseo con su hijo y su amiga América, ambas dicen que esta plaza no les ha gustado "nunca como ha quedado", se quejan porque "después de tanto tiempo esperando", pensaban que "sería algo más"

En la plaza destacan las grandes estructuras, las que América indica que le "cortan la vista", y las zonas verdes. Marta señala que las plantas que hay en los parterres "serán más fáciles de mantener, pero parece que estemos en una pradera. Quieren traer el campo a la ciudad, pero no estamos en él, no nos engañemos".

Y su amiga concluye que "es antiestético, no llama la atención ni para hacer una foto". Antonio está sentado en uno de los numerosos bancos de la plaza, mientras mira a su alrededor manifiesta que los jardines «están flojos, no sé qué plantas han puesto aquí, no parecen muy buenas». Bárbara vive en la plaza y cree que "tendrían que estar más pendientes de tener la plaza en buenas condiciones".

Desde la estación de Zaragoza-Goya se llega a la calle Félix Latassa. Su reforma duró 9 meses y acabó en diciembre de 2022. La principal idea del ayuntamiento para esta travesía fue "ampliar el espacio peatonal y las zonas verdes para favorecer el comercio". Antes de la transformación no había ningún elemento vegetal, ahora existen, pero la mayoría no tienen plantas y los arboles sufren las consecuencias del otoño y del vandalismo. AJulia, que va de camino a la peluquería, esta reforma no le ha gustado: "No sé para qué han puesto tanto espacio para plantas que quita sitio para aparcar, cuando muchas casas de la zona no tienen garaje".

Estado de los parterres en Félix Latassa

Estado de los parterres en Félix Latassa / Laura Trives

Pero hay quiénes están más contentos con la reforma. Teresa sale de hacer la compra en el mercado y piensa que ""la idea fue buena, las aceras más anchas son más cómodas para el tránsito que llevamos de carritos, compras…". Pone una única pega: "Han cometido un fallo con el tema de los contenedores, los han distribuido bastante mal. Hay dos bloques muy seguidos y algunos vecinos tenemos que dar mucha vuelta". "Por no hablar de su mal estado, todos pintados», añade Teresa.

Acher, que va paseando con su mujer, incide en que tienen que repasar las baldosas que hay sueltas y que bancos, "faltaría alguno más y que la gente no los pintara, pero ya sabemos lo que hay". "Hay que reconocer que mantener la ciudad verde cuesta mucho dinero", dice mientras mira los parterres vacíos. Y concluye diciendo que "ha quedado muy bien".

Estado de los contenedores en Félix Latassa.

Estado de los contenedores en Félix Latassa. / Laura Trives

El callejeo termina en la calle Ricla. Esta se suma a las que el ayuntamiento ha reformado íntegramente haciendo a los peatones los protagonistas. La transformación de la travesía terminó en octubre de 2022. Carmen pasea a su perro y confiesa que los parterres están "muy dejados y muy sucios". Mientras Paco sale de su casa manifiesta que "la reforma estuvo bien, pero el estado actual no tanto".