ZARAGOCEANDO

El paseo más bello que enterró la piqueta en pleno centro de Zaragoza

El paseo Sagasta se proyectó a principios de siglo y fue el epicentro del modernismo zaragozano

Imagen del paseo Sagasta en 1923, con los chalets y los edificios modernistas y el tranvía cruzando por el medio de la avenida.

Imagen del paseo Sagasta en 1923, con los chalets y los edificios modernistas y el tranvía cruzando por el medio de la avenida. / gran archivo zaragoza antigua

Iván Trigo

Iván Trigo

El paseo Sagasta de Zaragoza fue en su momento uno de los máximos exponentes de la arquitectura modernista en la capital aragonesa. Fue a principios del siglo XX cuando Ricardo Magdalena proyectó esta avenida como un nuevo ensanche en la ciudad para que lo habitaran la burguesía y las familias adineradas cuando la urbe comenzó a crecer extramuros. Según recoge Ascensión Hernández, doctora en Historia del Arte, en La planificación urbana en Zaragoza o, comienzos del siglo XX: la apertura del paseo Sagasta, la ciudad pasó de tener 60.000 habitantes en 1868 a 110.000 en 1908.

El resultado del plan de Magdalena fue una vía arbolada, por la que circulaba el tranvía, y en la que se levantaron palacetes y chalets que, en muchos casos y lamentablemente, pasaron a mejor vida. En los años 60 y 70 del siglo pasado desaparecieron muchos de ellos enterrados bajo la piqueta debido al desarrollismo y a un urbanismo que no tuvo piedad con el patrimonio y que restó personalidad a una Zaragoza que, un siglo antes, ya contempló sin poder hacer nada la destrucción de gran parte de su patrimonio en la guerra de Los Sitios.

Estado actual del paseo Sagasta en su tramo inicial que se une con la plaza Paraíso.

Estado actual del paseo Sagasta en su tramo inicial que se une con la plaza Paraíso. / ANDREEA VORNICU

No obstante, hoy en día siguen en pie algunos ejemplos que ayudan a imaginar lo que un día fue el paseo Sagasta. Una vía que, por cierto, ha tenido varios nombres: antes del diseño de Magdalena era el camino de Torrero; después fue paseo Sagasta en honor al político Práxedes Mateo Sagasta; en la segunda república se denominó paseo de la República; con la llegada del franquismo la vía fue conocida como General Mola; y en la transición todo volvió a su sitio y el paseo se quedó con el apellido de Sagasta.

Las casas más majestuosas de la época

Uno de los edificios que sigue en pie y que está considerado Bien de Interés Cultural (BIC) es la conocida como casa Retuerta, en el número 13 del paseo. Se proyectó en 1905 y, como puede contemplarse en las imágenes, la balconada de su esquina recuerda a las formas y la belleza de los mejores ejemplos del modernismo de principios de siglo. Aguantan todavía la Casa Palao (en el número 76 del paseo), el colegio mayor La Anunciata, que data de 1925 y la casa Corsini, en el número 19, una edificación de 1904 y que es sin duda una de las construcciones más bellas del paseo actual.

Casa Faci, en la esquina del paseo Sagasta con camino Las Torres, ya desaparecida.

Casa Faci, en la esquina del paseo Sagasta con camino Las Torres, ya desaparecida. / Gran Archivo Zaragoza Antigua

En total, quedan 21 edificios protegidos en Sagasta, uno de ellos la antigua clínica del Doctor Lozano, un inmueble sin restaurar y que, si nada cambia, pronto se verá envuelto por un bloque de nueva construcción, afeando su entorno y encajonándolo en la malla urbana.

Pero el paseo Sagasta fue mucho más. En 1976 se derribó el que se conocía como hotelito de Emerenciano García Sánchez, situado en el número 54. Fue diseñado en 1909 por Manuel Martínez de Ubago, autor del Quiosco de la Música del parque José Antonio Labordeta.

Era uno de los mejores ejemplos del modernismo zaragozano y, según consta en la web del Gran Archivo de Zaragoza Antigua, el derribo comenzó sin que el ayuntamiento hubiera dado el visto bueno. Para cuando el consistorio quiso parar este atentado contra el patrimonio, ya era tarde. Hoy, en su lugar se levanta un edificio de viviendas situadas junto al centro de salud.

Hotelito de Emerenciano Gracia, un edificio proyectado en 1909 y derribado en 1976.

Hotelito de Emerenciano Gracia, un edificio proyectado en 1909 y derribado en 1976. / Gran Archivo Zaragoza Antigua

Al lado de este hotelito estaba la que después se conoció como Casa de la Paz, un inmueble que fue okupado en los años 80 por colectivos juveniles y que antes fue un imponente chalet levantado en 1919 bajo la batuta de Teodoro Ríos, arquitecto encargado de la conservación de la basílica del Pilar.

La Casa de la Paz fue reducida a escombros en los 90 después de que se descartara ubicar en el edificio el Archivo Histórico Provincial o el Archivo de Aragón. En el número 47, en la esquina con el camino Las Torres, estaba la conocida como Casa Faci, construida en 1925 por el arquitecto Regino Borobio Ojeda tras el encargo del prestigioso oftalmólogo, Ángel Faci Abad. Destacaba por su torre y la decoración de influencia medievalista que la convertía en uno de los edificios más imponentes de todo el paseo. Fue derribada en 1971.

Casa Retuerta, proyectada en 1905, situada en el paseo Sagasta número 13.

Casa Retuerta, proyectada en 1905, situada en el paseo Sagasta número 13. / Gran Archivo Zaragoza Antigua

Y como estos, hay tantos otros ejemplos de edificios enterrados por la ambición y la especulación urbanística. No obstante, la ciudad parece no haber aprendido y, todavía hoy, alguno de los ejemplos más bellos de la arquitectura de principios del siglo XX podría convertirse en una nueva víctima del mercado inmobiliario, como Lagasca 4. Zaragoza tiene personalidad, pero perdió mucha cuando se impuso el dinero a la historia y el patrimonio. Eso sí, el antiguo cine Elíseos ahora puede visitarse siempre que, de paso, uno compre un Happy Meal.