Zaragoza se entrega a la FIFA: estas son las exigencias para convertirse en sede del Mundial 2030

La carrera por ser sede mundialista en 2030 lleva varios meses fraguándose, pero no ha hecho más que comenzar. Zaragoza, como una de las potenciales candidatas a albergar varios encuentros de la cita que se celebrará entre España, Portugal y Marruecos –además de algunos partidos al otro lado del charco, en Uruguay, Paraguay y Argentina–, deberá firmar una serie de requisitos indispensables con la FIFA si quiere estar entre las elegidas.

En ese sentido, las ciudades que se conviertan en sede mundialista deberán rubricar un acuerdo con el máximo organismo del fútbol internacional, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, y que refleja una lista de condicionantes obligatoria que van mucho más allá de los estadios. En el caso de Zaragoza, por motivos evidentes, la construcción de la nueva Romareda será la condición sine qua non, aunque la capital aragonesa deberá cumplir varios compromisos desde el momento en el que se lleve a término, si se da el caso, el citado acuerdo.

Entre otras muchas cuestiones, la FIFA exige –no solo a Zaragoza, sino a todas las ciudades que quieran ser sede del Mundial– que sea «la autoridad a cargo del estadio» la que asuma «todos los costes y gastos relacionados con el cumplimiento y la prestación de los servicios» requeridos por la propia Federación Internacional. El acuerdo, eso sí, no estima a cuánto podrían ascender esos gastos.

El PSOE pide a Chueca conocer las exigencias económicas que plantea la FIFA a Zaragoza de cara al Mundial 2030

Y es que esta es una de las incógnitas que aún deben despejarse. ¿Cuánto le costará a Zaragoza formar parte de las ciudades elegidas para acoger el campeonato mundial de fútbol? La alcaldesa de la capital aragonesa, Natalia Chueca, avanzó el lunes que esta misma semana podría aportar alguna estimación, aunque aseguró que la ciudad puede permitirse ese desembolso de dinero porque, además de que no será demasiado, según adelantó, el retorno económico para la ciudad lo compensará. Según un informe elaborado por el propio Gobierno municipal del PP, el Mundial traerá hasta las orillas del Ebro 350 millones de euros. Otra de las exigencias de la FIFA y que puede acarrear un coste para la ciudad es la contratación de un seguro de responsabilidad civil «completo y adecuado» con una cobertura de, como mínimo, cien millones de dólares estadounidenses (92,5 millones de euros).

Asimismo, la capital aragonesa deberá encargarse de montar las denominadas «fan zones», espacios desde los que los aficionados al fútbol podrán seguir los partidos que se disputen en La Romareda a través de pantallas gigantes y en las que, además, se provean otros servicios como comida, bebida y espectáculos.

FIFA, libre de impuestos

También deberá asegurarse la ciudad de contar con las instalaciones necesarias para garantizar la conectividad, la señal y la cobertura mediática del evento. Y en caso de no existir, Zaragoza deberá hacerse cargo de su construcción.

Para garantizar que todas las inversiones y gastos están a tiempo, el organismo internacional de fútbol exige «a la autoridad de la ciudad anfitriona» que prepare un presupuesto anual «para cada año del calendario» hasta el 2030 en el que detalle «aquellos costes» que deba realizar la sede, en este caso Zaragoza.

Y las exigencias van más allá: ni el ayuntamiento ni el Gobierno de Aragón podrán gravar con ningún impuesto la actividad de la FIFA en la ciudad durante la celebración del Mundial y, en caso de que haya alguna tasa que sea de cobro obligatorio por ley, será la ciudad la que deba hacerse cargo del pago.

Pero no todas las peticiones tienen que ver con el dinero. La Federación Internacional impone que, en caso de requerir cualquier tipo de permiso o licencia, esta se tramite por parte de la Administración competente «de manera oportuna y acelerada» y «según lo solicite la FIFA».

Los bares, abiertos "tarde en la noche"

Mientras dure el Mundial, Zaragoza tampoco podrá celebrar ningún evento que reste a la ciudad recursos hosteleros y equipamientos a la competición de la FIFA y, en caso de que haya algún tipo de actividad, siempre se deberá «dedicar más recursos de promoción» a los partidos entre selecciones. Es decir, durante ese verano, la capital aragonesa será fútbol, fútbol y más fútbol.

El Ayuntamiento de Zaragoza también «se asegurará de que todos los bares, restaurantes y tiendas» de la ciudad «reciban todos los permisos y licencias necesarios para» permanecer abiertos, en los días de partido, hasta «tarde en la noche», para asegurarse de que los aficionados que salgan del estadio tras los encuentros puedan comprar y comer.

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El consistorio, asimismo, «hará todo lo posible para que las instalaciones y los espacios públicos dentro de la ciudad anfitriona (y todos los sitios dentro de la sede y las rutas de acceso entre ellos) sean lo más atractivos posible durante el período de competición». Y aquellos espacios que estén en obras, se deberán «cubrir y decorar temporalmente».

Entre otras cuestiones, la FIFA pide transporte público gratuito para los acreditados durante el campeonato, garantizar la asistencia médica en la Atención Primaria y que haya disponible un número suficiente de vigilantes de seguridad para poder contratar.

El estadio tendrá que cambiar de nombre durante el campeonato y no podrá contener logos ni publicidad

El acuerdo que firmen la FIFA y las ciudades sedes recoge la obligatoriedad de celebrar un mínimo de tres partidos de prueba, previos al Mundial, con aforo completo. De esta forma, el organismo podrá cerciorarse de si el estadio y su entorno cumple con todos los requisitos prometidos y necesarios. Esta situación implica que el calendario de obras de remodelación de la nueva Romareda, que comenzará este mismo verano con la demolición de la grada del Gol Sur, además del Cubo y del edificio de Gerencia de Urbanismo, cumpla sus plazos y esté listo para finales de 2028 o principios de 2029.

Asimismo, el organismo que dirige Gianni Infantino especifica que dichos ensayos podrán formar parte de una competición oficial de la FIFA. En ese aspecto, la entidad que organiza el Mundial «tendrá derecho a organizar y celebrar competiciones adicionales en el país anfitrión antes de la competición», y será la propia FIFA quien «determinará el formato, las fechas y los lugares de dichas competiciones adicionales». Por ello, si La Romareda está entre las seleccionadas deberá acoger tres encuentros de prueba, amistosos u oficiales, antes de la celebración del certamen, junto con otros tipos de eventos que indique la FIFA.

El nombre del estadio, libre de 'publi'

Los derechos de propiedad intelectual del estadio, en este caso de la nueva Romareda, será otro de los puntos en los que tanto la ciudad como el Real Zaragoza deberán ceder en lo relativo a la celebración del certamen. En ese sentido, el organismo se reserva el derecho a «seleccionar cualquier nombre comercial o no comercial que considere apropiado para ser el nombre oficial del estadio a efectos relacionados con la competición (...) y que dicho nombre oficial puede excluir cualquier referencia a cualquier patrocinador, propietario o usuario de los derechos de denominación del estadio». Esto es, en términos más sencillos, que en relación al Mundial la nueva Romareda deberá ser denominada como estipule la FIFA, que pone como ejemplo (en ningún caso definitivo) una relación entre el título oficial de la competición y la ciudad anfitriona, que en este caso podría quedar del siguiente modo: FIFA World Cup 2030 Estadio Zaragoza.

Del mismo modo, los derechos de propiedad intelectual también se verán afectados durante ese tiempo de vigencia suscrito en el acuerdo, que contempla que la FIFA podrá usar y explotar, sin ningún tipo de canon o gravamen, las representaciones visuales del estadio «de cualquier manera», un derecho que será perpetuo cuando dicho uso esté relacionado con la competición, incluso si es a posteriori (por ejemplo, en videojuegos o documentales).

Además, la FIFA prohibirá, mientras dure el campeonato, la publicidad de cualquier marca dentro del estadio más allá de las firmas con las que la propia Federación Internacional de Fútbol tenga un acuerdo. Así, si por ejemplo la nueva Romareda cuenta con algún logo o nombre en las gradas –algo estipulado en los planes de viabilidad económica del estadio–, esto deberá desaparecer mientras dure el Mundial, para que el que faltan seis años y medio. 

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