URBANISMO

Los pisos de lujo en los antiguos depósitos de Pignatelli están listos para recibir a sus inquilinos

Aedas Homes tiene previsto entregar las llaves de sus viviendas este mismo mes

Quedan pendientes las 30 de protección que debe impulsar el ayuntamiento

Las nuevas viviendas en los depósitos de los antiguos depósitos de Pignatelli.

Las nuevas viviendas en los depósitos de los antiguos depósitos de Pignatelli. / Jaime Galindo

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Fue a principios de 2022 cuando las máquinas entraron sin miramientos en los antiguos depósitos de Pignatelli de Zaragoza con el ánimo de convertir esta extensa zona de hormigón en una gran zona verde. La urbanización de los 23.609 m² de parque finalizó el año pasado y fue en marzo cuando los peatones empezaron a pasear entre los estanques que se ven desde las viviendas de lujo que se han construido a pie de parque y que recibirán a sus primeros inquilinos este mismo mes de febrero.

Aprobar el proyecto de transformación de los antiguos depósitos no fue una tarea sencilla. Como suele ocurrir, el número de pisos libres y protegidos fue uno de los motivos de disputa entre los grupos municipales que tras arduas negociaciones, conversaciones, dimes y diretes, fue en la pasada legislatura cuando se aprobó el proyecto de urbanización de los depósitos del Pignatelli.

El resultado del acuerdo era construir en la calle Santiago Guallar con Maestro Estremiana 65 viviendas libres (de las 77 que se llegaron a plantear en su día) con un precio de salida –en sus primeros días– 361.00 euros las más baratas, y otras 30 de propiedad pública en régimen de alquiler que, en este caso, impulsará el consistorio.

Proyecto de urbanización

Aedas Homes ha invertido alrededor de 12 millones en la ampliación del parque y los suelos municipales que salieron a concurso y que ha urbanizado a cambio de la construcción y comercialización de las viviendas de lujo que ya están terminadas, a la espera de recibir a sus nuevos vecinos. Según la promotora, la entrega de llaves es «inminente» y confían en que sea este mismo mes de febrero. En cuanto a su comercialización, aseguran que «el proyecto ha despertado una expectación muy alta desde su lanzamiento», lo que se traduce en que, a día de hoy, «solo quedan disponibles dos bajos con jardín de 3 y 4 dormitorios» que rondan los 551.000 euros.

La delegada de Aedas Homes en Zaragoza, Ana Marrón, destaca que el proyecto en los antiguos depósitos «es mucho más que una promoción residencial en la ciudad, al tratarse de una actuación de regeneración urbana que ha supuesto la creación de un nuevo pulmón verde en la ciudad para el disfrute de todos los ciudadanos, con espacios de todo tipo, incluido un lago, anfiteatro y zona de juegos infantiles y para mayores».

Viviendas protegidas

La siguiente operación en este entorno será la construcción de las viviendas protegidas. Según explican desde Zaragoza Vivienda, hasta ahora no se ha avanzado en el proyecto porque la parcela destinada a estos pisos estaba ocupada por las máquinas. Será ahora cuando se empiece a analizar las necesidades del barrio para determinar si estas viviendas son de alquiler, venta o las dos cosas a la vez, incluso si se modifica el proyecto inicial.

En un primer momento, se proyectó un inmueble con 30 pisos en régimen de alquiler, aunque desde la sociedad municipal no descartan variar su plan para que dé respuesta a las necesidades del momento. Desde Zaragoza Vivienda admiten que no hay plazos sobre la mesa.

Vacío Urbano

Si algo está claro es que la reconversión de los depósitos de Pignatelli ha permitido acabar con una gran brecha urbana en el centro de la capital aragonesa. Un vacío urbano que se veía agravado por su cercanía con el Canal Imperial.

El antiguo muro de Pignatelli

Para el recuerdo quedará el famoso muro del parque Pignatelli, un bloque de hormigón que separaba el parque de los antiguos depósitos y que servía para que los grafiteros se dejaran llevar y plasmaran su arte (o no) sobre las paredes.

El proyecto de reconversión del parque, que fue redactado por el arquitecto Héctor Fernández Elorza, se apoyó en la estructura de los antiguos depósitos distribuyendo el nuevo parque en tres zonas principales: un gran estanque con navegación recreativa; un vaso intermedio con una zona de jardines, plantas aromáticas, frutales y juegos infantiles, surcada por canales; y el vaso más alejado del parque actual, un amplio espacio con forma de anfiteatro, pero con un suelo de pradera.