Entrevista | Armando Serrano Martínez Pregonero de la Semana Santa de Zaragoza

"Cuando me lo propusieron se me agrandó el corazón y se me encogió el estómago"

Armando Serrano, pregonero de la Semana Santa de Zaragoza

Armando Serrano, pregonero de la Semana Santa de Zaragoza / MIGUEL ANGEL GRACIA

PREGUNTA: La Semana Santa es un momento especial para la ciudad. ¿Qué significa para usted esta festividad?

RESPUESTA: Son días importantísimos. Primero, porque se concentra un gran número de visitantes. Es la segunda fiesta más importante para la ciudad porque es la más numerosa después del Pilar. Atrae mucho público. Y luego, para los creyentes, es fundamental. Tiene esa doble vertiente: la turística, con todo lo económico que aporta, y la religiosa, porque es una fecha en la que rememoramos la pasión de la resurrección de nuestro señor.

P: Usted es nativo de Zaragoza. ¿Qué le supone ser el pregonero de su ciudad?

R: Un honor inmenso y completamente inesperado. Fue un regalo. Cuando me lo propusieron se me agrandó el corazón y se me encogió el estómago por la responsabilidad que conlleva ser el pregonero de una fiesta tan importante.

P: ¿Su principal sensación fueron los nervios?

R: Sí, y luego esa sorpresa. El puesto de pregonero suele llevar una connotación teológica o religiosa importante, y por eso me sorprendió la noticia. Yo les dije que mi perfil era de historiador, no de teólogo. Pero este año lo organiza la Hermandad de San Joaquín y la Virgen de los Dolores, que hace poco celebró sus 500 años, y por eso me escogieron, porque querían hacerlo desde un punto de vista histórico.

P: Sin adelantar el contenido del pregón, ¿cuál quiere que sea el principal mensaje a transmitir?

R: Será un pregón con un perfil histórico, aunque no solo, ya que el texto estará marcado por la fe de los creyentes. Y va a ir dirigido principalmente a los cofrades. Es un homenaje a ellos.

P: ¿Cree que este mensaje de fe llega a la ciudadanía y a las nuevas generaciones?

R: Creo que sí. La gente no se vincula a las cofradías de forma individual, sino familiar. Toda la familia se adscribe. Eso les da vida de generación en generación, se transmite.

Las cofradías de Zaragoza

P: ¿Usted pertenece o ha pertenecido a alguna cofradía?

R: Estudié en Maristas y todos los niños de allí pasábamos por la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Allí toqué la carraca, el instrumento tradicional de esa cofradía. Pero ahora ya no. Desde que me casé paso la Semana Santa en el pueblo de mi mujer. También allí la vivo mucho. Siempre he vivido estos días de forma intensa.

P: Pero hay algo más.

R: Sí. He estado prácticamente toda mi vida vinculado al estudio e investigación de las cofradías desde la Edad Media. De hecho, trabajo en Casa de Ganaderos, una institución que nació de la Cofradía de San Simón y San Judas.

P: Tras haber investigado tanto sobre las mismas. ¿Cómo de importantes considera que son las cofradías en la Semana Santa de Zaragoza?

R: Las cofradías son el alma y el corazón de la ciudad en los días de Semana Santa porque visualizan la fe de los zaragozanos esos días. En realidad, son esenciales siempre. En Aragón hacen una labor intensa durante todo el año.

"Las cofradías son el alma y el corazón de la ciudad en los días de Semana Santa"

Armando Serrano Martínez

— Pregonero Semana Santa 2024

P: ¿Y qué tiene la Semana Santa de Zaragoza que no tienen otras ciudades?

R: Zaragoza fue la primera ciudad en el mundo en la que hubo un oratorio dedicado a la virgen, con lo que no estamos hablando de una ciudad cualquiera. Además, tiene una tradición de cofradías que arranca en la Edad Media y que la hace especial. Y luego, por supuesto, la procesión del Santo Entierro. La ciudad se convierte en un escenario en el que vamos viendo pasar todos los hechos relevantes del viacrucis. En pocos sitios ocurre eso. Otra cosa que singulariza la Semana Santa aragonesa es el sonido del tambor.

P: Vive estas fechas de forma especial. ¿Destacaría un recuerdo de alguna Semana Santa?

R: Hay dos momentos que, a nivel personal, considero muy bonitos. Uno es la procesión en la que el Ecce Homo cruza el puente de Piedra de noche. No suele ir mucha gente, y la imagen con la Basílica del Pilar detrás es... En pocos sitios hay una fotografía más particular que esa. En general, todas las procesiones que callejean por el Casco Antiguo me gustan. El espectador rememora procesiones de hace 100 o 200 años que pasan por unas calles que no han cambiado prácticamente nada. Son momentos muy bonitos.

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