El crecimiento de la capital aragonesa

Un barrio con mucha 'química' a orillas del Ebro en Zaragoza

La Almozara, uno de los distritos más antiguos de la ciudad, se ha modernizado en los últimos 30 años, a la par que se rehabilitaba el histórico palacio de La Aljafería y su entorno

Las piscinas o la mejora en los aparcamientos son algunas de las demandas actuales de los vecinos

Imagen aérea del barrio de La Almozara.

Imagen aérea del barrio de La Almozara. / Jaime Galindo

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Hablar del barrio de La Almozara es hablar de la historia de Zaragoza. Situado a orillas del Ebro y a pocos minutos a pie de la plaza del Pilar, la naturaleza del distrito reúne todos los condicionantes para que la zona se erija como una de las más apetecibles para vivir en la capital aragonesa. Así lo constatan sus cerca de 30.000 habitantes que, en su mayoría, llevan toda la vida viviendo en él.

A ello contribuyó la industria química, fundada a finales del siglo XIX y operativa hasta la Transición, especializándose sobre todo en la producción de abonos, aunque también en varios tipos de ácidos. De hecho, el nombre con el que se conoció a este barrio durante buena parte del siglo pasado fue precisamente La Química, aunque los movimientos vecinales recuperaron el nombre tradicional, procedente del árabe, en un distrito marcado por su monumento principal, el palacio de la Aljafería, rehabilitado y puesto en valor desde mediados de los 80 por su innegable valor patrimonial y reconvertido a su vez en la sede definitiva de las Cortes de Aragón.

A la par, el tejido social del barrio logró que se atendiesen muchas de sus demandas, desde la construcción de centros educativos y de salud hasta el asfaltado de sus calles o la creación de parques públicos, con carteles y pasquines que también introducían las reivindicaciones a nivel nacional que copaban las portadas de la época, como la amnistía tras el fin de la dictadura franquista. Algunos de ellos todavía se pueden ver en la sede de la asociación vecinal Ebro-Almozara, una de las principales del barrio junto a la asociación Aljafería, donde también se ubica el hogar del jubilado, un lugar de socialización para un distrito que en los últimos años ha visto como su población envejecía por distintas circunstancias.

Es precisamente en la sede de la asociación desde donde algunos de sus miembros más representativos ponen sobre la mesa las peticiones actuales, poniendo el foco especialmente en el conflicto por la construcción de unas piscinas públicas que no terminan de llegar. En ese sentido, las dos principales asociaciones del barrio alegaron hace pocos días el plan del Ayuntamiento de Zaragoza de construirlas en el entorno de la avenida Ciudad de Soria, un emplazamiento que, recuerdan, "contempla un parque equipado, y no unas instalaciones deportivas privadas que los vecinos solo podremos disfrutar durante los tres meses de verano". "Además, solo podríamos usar las piscinas, ya que el resto del complejo deportivo seguiría siendo para el uso exclusivo de los socios", añaden.

La solución que plantean tanto la asociación Ebro-Almozara como su homóloga de la Aljafería es ubicarlas en el Rastro, frente a la estación Delicias, donde aseguran que hay "espacio de sobra". "Esta idea ya la planteó Azcón en su día, pero ahora no parecen estar por la labor", subrayan desde las asociaciones. Además, los vecinos rememoran como esos suelos ya tuvieron que ser recalificados durante la Expo para convertirse en aparcamientos, para posteriormente reubicar el rastro ahí, ya que antes estaba en Casablanca, cerca de La Romareda.

Por otra parte, los aparcamientos son otro de los caballos de batalla de ambos movimientos vecinales, con quejas que van desde el parquin de los diputados, "casi siempre vacío" y donde solo pueden aparcar unas pocas horas, hasta el acondicionamiento de los aparcamientos colindantes, donde aún hoy se pueden apreciar resquicios de la antigua industria química.

El palacio de La Aljafería fue rehabilitado a finales del siglo pasado.

El palacio de La Aljafería fue rehabilitado a finales del siglo pasado. / Laura Trives

Asimismo, tampoco hay que olvidar otras situaciones conflictivas, más allá de las mejoras propiamente dichas de un barrio que, con todo, está bastante bien. Dos buenos ejemplos son, por un lado, la polémica que rodea a los terrenos en disputa con la sociedad deportiva Tiro de Pichón, con un litigio en liza en el que están en juego cerca de 10 millones de euros y que fue destapado, precisamente, por las denuncias vecinales; y por otro, la controversia generada en torno a Etopia y su programación cultural.

Envejecimiento y vivienda

Por otra parte, el difícil acceso a la vivienda es otro de los problemas que sacuden a La Almozara. Aunque esta coyuntura no es ni mucho menos exclusiva del barrio, la poca oferta (en estos momentos, en Idealista, tan solo hay cuatro pisos en alquiler, ninguno por debajo de los 650 euros mensuales) provoca que las segundas y terceras generaciones de los habitantes históricos de la zona tengan que mudarse a otros distritos. Es el caso de Cristina, una joven de 28 años que, tras pasar toda su vida en La Almozara, tuvo que mudarse a la plaza Roma por la imposibilidad de encontrar un hogar a precios asequibles, pese a que su intención era quedarse en el que para ella es "el barrio perfecto".

"Tiene el tamaño ideal, es tranquilo y familiar, está cerca del centro y de Grancasa... Y, además, tiene los mejores bares de Zaragoza", subraya entre risas a este diario, mientras reconoce que la zona está evolucionando, por situaciones como la suya, "hacia un lugar de mediana edad". Y es que más del 50% de los habitantes de La Almozara superan los 50 años, según los últimos datos facilitados por el informe municipal de Ebrópolis.

La plaza Europa es una de las esquinas del barrio.

La plaza Europa es una de las esquinas del barrio. / Miguel Ángel Gracia

Todo ello como resultado de un proceso de modernización que se llevó a cabo en los 90, regenerando el barrio a la vez que se rehabilitaba la icónica Aljafería y su entorno, en el que, por cierto, los vecinos también reclaman cuestiones como la reapertura del Quiosco de la Música. Volviendo a la vivienda, uno de los últimos ejemplos de nueva edificación es la macrotorre de plaza Europa, que se encamina hacia su última fase. Más allá de eso quedan las nuevas edificaciones al otro lado de la avenida Ciudad de Soria, ya en los lindes del barrio con Delicias.

En cualquier caso, el entorno de La Almozara parece idílico para desarrollar una vida en la ciudad, con una reformada ribera del Ebro que ha renaturalizado esa parte del río, reduciendo además problemas pasados que venían de la mano de las crecidas, aunque ese aspecto siempre ha afectado más a la margen izquierda, en el Actur, sobre todo en sus orígenes.

Sea como fuere, vecinas como Cristina, que pese a mudarse sigue teniendo ahí a buena parte de su familia, destacan sobre todas las cosas el "ambiente de barrio". "«Está muy bien dotado de servicios, tiene tres colegios, dos institutos...", enumera, por lo que vuelve a incidir en su pena por verse obligada a abandonarlo: "De mi grupo de amigas, solo una ha conseguido independizarse en esta zona". Un distrito que creció sobre la antigua Química y que se desarrolló como Almozara, y que mira al futuro con la necesidad de seguir reinventándose para no estancarse.

Un distrito muy representativo

Los 29.073 residentes que registra la Junta Municipal de La Almozara (según los datos del padrón de 2022) son una buena vara de medir para hacerse una idea de la foto final que refleja la capital aragonesa.

Según el último informe municipal de Ebrópolis, la renta media por persona en La Almozara es de 14.047 euros al año, muy similar a los 14.227 euros del conjunto de Zaragoza. Además, el tamaño de los hogares es también muy parejo, con 2,3 personas por vivienda en el barrio y 2,4 en la media total, algo que sucede del mismo modo con la población extranjera (13% y 14%).

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