Las consecuencias de la reforma del campo

LaLiga exige al Real Zaragoza buscar una alternativa a La Romareda en caso de problemas con las obras

El club debe tener listo un ‘plan b’ para jugar como local en caso de que, aunque sea de forma puntual, los trabajos constructivos le impidan utilizar su estadio

No existe todavía una opción escogida

En imágenes: así ha sido la evolución del estadio de La Romareda

Aficionados en La Romareda esta temporada en la grada del Gol Sur, la primera que se derribará.

Aficionados en La Romareda esta temporada en la grada del Gol Sur, la primera que se derribará. / JAIME GALINDO

El Real Zaragoza busca segunda casa. Las obras en el estadio de la capital aragonesa, que se iniciarán este mes de julio si todo sale conforme lo previsto, van a obligar al club, por exigencia de LaLiga, a tener previsto un campo alternativo en el que poder jugar como local en el caso de que surja algún contratiempo que impida a los blanquillos celebrar partidos en La Romareda.

Este requerimiento de La Liga fue entregado al Zaragoza hace ya bastante tiempo y fuentes oficiales del club le restaron trascendencia a esta exigencia y lo enmarcaron dentro de la normalidad cuando se ejecutan este tipo de obras a gran escala en los estadios. No obstante, todavía no se habría decidido dónde jugar en caso de que las obras de construcción de la nueva Romareda sufran algún tipo de contratiempo.

Hasta este momento, los responsables del club siempre han mantenido que la competición va a poder seguir jugándose en La Romareda pese a las obras de construcción del nuevo estadio, durante las que irán tirándose las gradas una a una y levantándose de nuevo.

No obstante, en una entrevista en EL PERIÓDICO, el arquitecto encargado del diseño del campo, César Azcárate, ya declaró que «durante el desarrollo de las obras puede haber pequeños contratiempos» y que por este motivo «y por razones de seguridad tenga que haber uno o dos partidos que se jueguen fuera de casa». «Eso siempre puede pasar y yo no lo descarto. Pero nosotros partimos de la base de que esto no suceda», zanjó Azcárate.

Pero al existir esa posibilidad, y dada la magnitud de la obra que se va a acometer, La Liga exige tener ya pensado un estadio en el que poder jugar si La Romareda no puede acoger partidos. Y el problema está ahí, puesto que las opciones de encontrar un campo en el que quepa la masa social del club y que no esté demasiado lejos son limitadas. Ahí está la posibilidad de que el Zaragoza jugase como local en El Alcoraz, en Huesca, pero esta opción estaría casi descartada por la rivalidad entre las aficiones blanquilla y azulgrana. Otra de las opciones que podría valorarse es el estadio municipal de Las Gaunas de Logroño, que cuenta con una capacidad de 16.000 personas.

La opción del campo de la pista de atletismo

Según ha podido saber este diario, en ese proceso de búsqueda de alternativas, se visitaron las instalaciones de la pista de atletismo Corona de Aragón, el Centro Aragonés del Deporte, situado junto a los campos de la Federación Aragonesa de Fútbol y el Parquin Norte de la Expo, en Zaragoza.

Esa visita se produjo el día 19 de febrero y en ella había representantes del tanto del Gobierno de Aragón como del Ayuntamiento de Zaragoza, el club, y otros agentes que estarían implicados en el proceso.

Sin embargo, la opción de que el Real Zaragoza pudiera jugar en este recinto se ha descartado por las dificultades que ello entrañaría. Las instalaciones cuentan con vestuarios y otros requisitos que serían válidos, pero habría que instalar gradas supletorias entorno al césped y, además, cargarse la pista de atletismo, cuya reforma está prevista próximamente. Asimismo, se dejaría sin espacio de entrenamiento a los cientos de atletas que utilizan la pista del Corona de Aragón.

La alternativa, para 2024

No obstante, lo previsto a estas alturas del año es que en esta primera fase de las obras, en las que se demolerá el edificio del Cubo, la antigua Gerencia de Urbanismo y la grada del Gol Sur, no sea necesario salir de La Romareda para jugar como local. Los problemas podrían llegar, si llegan, más adelante, en 2025, cuando se derribe la tribuna este, que es la que da al paseo de Isabel la Católica.

Lo que sí va a suponer el inicio de las obras –condicionado por el concierto de Bunbury el 6 de julio– es la reducción de la masa social del club. En estos momentos el Zaragoza cuenta con 28.882 socios y para la temporada que viene plantea una reducción de unos 5.000, puesto que con la desaparición del Gol Sur el aforo de La Romareda se reduciría. Aun así, habrá que pensar bien qué hacer con los 23.500 abonados que podrían enfrentarse a la situación de ver jugar al Zaragoza como local en un estadio que no es el suyo y en el que quizás, dependiendo de la opción que se elija, no quepan todos.

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