El crecimiento de la capital aragonesa

El barrio de Zaragoza que vio crecer a una reina y ahora busca consolidarse

Santa Isabel lleva siendo parte de la capital aragonesa desde finales del siglo XIX, aunque siempre ha estado aislado por su ubicación

Las mejoras en las comunicaciones y en los accesos al distrito son las principales demandas vecinales

La avenida de los Estudiantes, con el IES Ítaca a la izquierda.

La avenida de los Estudiantes, con el IES Ítaca a la izquierda. / JAIME GALINDO

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Isabel de Aragón, hija de Pedro III, procedía de un noble linaje. Su familiar más ilustre era su abuelo, Jaime I el Conquistador, y debía su nombre a su tía abuela, Santa Isabel de Hungría. A los 15 años se casó, por razones políticas, con el entonces rey de Portugal, Dionisio, motivo que le valió el sobrenombre de Isabel de Portugal. Pero lo cierto es que esta ilustre reina del siglo XIV pasó buena parte de su vida en un palacete sitado a las afueras de la incipiente Zaragoza. Un sitio rodeado de campos y terrenos agrícolas que, con el paso de los años, pasaría a convertirse en una harinera, primero, y en una azucaera, después.

Esta historia es tan solo uno de los vestigios más lejanos que se tienen del barrio zaragozano al que la hija de Pedro III dio su nombre, ya como santa, canonización otorgada por el papa Urbano VIII cuatro siglos después de su muerte. Muchos decenios han pasado desde que la pequeña infanta pasase su juventud correteando por el entorno del actual distrito zaragozano que, sin embargo, nunca ha perdido su esencia rural... Aunque (casi) siempre dentro de los lindes de la capital aragonesa.

Como poco, se sabe que Santa Isabel es un barrio de Zaragoza desde 1889, cuando la ciudad delimitó su término municipal, reduciéndolo mucho pero manteniendo en él territorios como Movera, Montañana o la propia Santa Isabel. Pero, denominaciones y delimitaciones aparte, también es igual de cierto que el distrito siempre ha estado apartado de la ciudad, especialmente por su ubicación.

Paradas de bus en el barrio de Santa Isabel.

Paradas de bus en el barrio de Santa Isabel. / JAIME GALINDO

Algo que poco a poco se ha ido solventando, aunque en el campo de las conexiones todavía queda muchísimo camino por recorrer. Así lo denuncian desde las dos asociaciones vecinales del barrio, que se detienen especialmente en el caso de la línea 60, «con un retraso de más de un año». Dicha frecuencia, dicen desde el tejido social de Santa Isabel, debe cambiar todavía «su principio y su final». Unas demandas que tuvieron éxito parcial cuando el Ayuntamiento de Zaragozaaceptó que llegasen más allá de lo previsto.

Así, por un lado abarcaría hasta la avenida de los Estudiantes y, por otro, hasta más allá del puente de Santiago. Una cuestión que todavía no se ha puesto en marcha y a la que se ha añadido una petición extra, aunque también histórica, que llega desde el polígono de Malpica, establecido en el barrio y que reclama que el 60 alcance también el complejo industrial, estirándose poco más de medio kilómetro.

En cuanto al otro autobús habitual de Santa Isabel, el 32, José Carlos Faro, presidente de la asociación vecinal Gaspar Torrente, asevera que cuenta con «frecuencias desastrosas». Una línea que, además, se verá afectada en el número de usuarios, que previsiblemente incrementarán con el desarrollo urbanístico de la avenida Cataluña. «Ya se ha notado un poco con los primeros habitantes, y el ayuntamiento debe actuar para mejorar los tiempos, ya que nosotros somos los que estamos al final», añade Faro, que celebra, aunque con cautela, la decisión anunciada por el consistorio de revisar la línea después de Semana Santa.

Cicatriz urbana

Y es que la rehabilitación de la avenida Cataluña mejorará sobremanera la relación entre Santa Isabel y el centro de Zaragoza. Pero, pese a lo positivo que puede suponer la «vida» que acompañará a esa rehabilitación con los nuevos desarrollos urbanísticos, Faro remarca que debe rematarse con arreglos que su distrito lleva pidiendo de forma histórica. No desde que la princesa Isabel correteaba por su entorno, pero casi.

Esa reclamación versa sobre el acondicionamiento de la rotonda de entrada al barrio, «llena de hierbajos», tal y como asegura el secretario de la asociación vecinal Santa Isabel Tuya, Luis Huerto. «Esa rotonda es una prioridad, por encima de las calles que va a acometer el ayuntamiento con la Operación Asfalto», añade Huerto. Un acondicionamiento que debería ir acompañado, según esgrimen los representantes vecinales, de una mejora en la accesibilidad del 'falso túnel' de la Z-40 y que conecta ambas partes del distrito. «Nos prometieron rampas de cinco metros y seguimos con las escalinatas viejas», lamenta Huerto.

Tipología de viviendas típicas de Santa Isabel.

Tipología de viviendas típicas de Santa Isabel. / JAIME GALINDO

Mejoras que, en cualquier caso, irían de la mano de esa renovación de la avenida Cataluña, que estrenó su primera fase hace unas semanas y donde se están sacando al mercado varias viviendas libres. Un desarrollo urbanístico que permitirá, según defienden desde la patronal de constructores, «cerrar una cicatriz urbana que tenía Zaragoza» y que, además, conectará el barrio con el resto de la ciudad a nivel literal y a nivel «sentimental».

Sentimiento comunitario

En esa línea, Santa Isabel posee una cualidad que comparte con la mayoría de distritos de la ciudad: un sentimiento de pertenencia que, eso sí, es muy pronunciado en el caso de este pequeño barrio. Algo que provoca que, a la hora de reivindicar lo que creen que es justo, todos vayan a una. «Hace unas semanas hubo un acto de contestación popular por el tema del bus, y la gente salió a la calle porque saben que les afecta a todos», señala José Carlos Faro.

Una actitud combativa y a la vez comunitaria que se refleja también en los diferentes actos que se celebran a lo largo del año en el distrito de Santa Isabel. Así lo demuestran actividades como la Semana Cultural, que el pasado 2023 se celebró del 28 de abril al 7 de mayo con exposiciones, representaciones teatrales y jornadas para todos los públicos. Precisamente, la firme apuesta por la cultura del barrio conduce a otra de sus reivindicaciones, la de la creación de una sala polivalente para poder albergar conciertos, espectáculos e iniciativas similares.

Vista aérea de Santa Isabel hace diez años.

Vista aérea de Santa Isabel hace diez años. / EL PERIÓDICO

En ese sentido, el distrito de Santa Isabel, el tercero más joven de la capital aragonesa según los últimos datos del observatorio municipal de Ebrópolis, tan solo cuenta con un centro cívico que, como dice Luis Huerto, «ya se ha quedado pequeño». «El salón de actos tiene un aforo para 185 personas», subraya el representante vecinal. Una capacidad escasa, teniendo en cuenta que la población total supera los 13.000 habitantes. Tampoco andan muy contentos los vecinos con el mantenimiento de la zona, donde aducen «dejadez» del consistorio, situación similar a la que viven algunos solares que llevan «más de 25 años abandonados».

En cuanto a la sanidad, desde el tejido social del barrio se suman a las reclamaciones de los vecinos del Actur y Parque Goya para exigir la construcción de un nuevo hospital, pues el que tienen de referencia, el Royo Vilanova, «está saturado». Una lista de peticiones que podría ser interminable para un lugar que ni siquiera cuenta con un monumento identificativo y propio, déficit único en Zaragoza. Y Santa Isabel bien podría merecerlo. 

Zara aterriza en Malpica

El polígono industrial de Malpica, situado al final del barrio de Santa Isabel, recibirá en los próximos meses la llegada de Inditex, que creará una gran plataforma logística que creará 1.500 puestos de trabajos directos. Desde la asociación empresarial del complejo industrial esperan que el aterrizaje del gigante de la industria textil provoque un «efecto llamada» para otras empresas.

Además, desde Malpica reclaman que se atiendan algunas de sus demandas históricas, como la prolongación de la línea 60 de bus, el asfaltado o el mejor abastecimiento de agua

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