El crecimiento de la capital aragonesa

El barrio de Zaragoza que nació "de noche y sin plan"

Valdefierro, situado entre dos montes zaragozanos, ha ido desarrollándose desde mediados del siglo XX gracias a la incansable lucha vecinal

La zona prevé recibir unos 6.000 habitantes en los próximos años, debido a las nuevas promociones de vivienda

Valdefierro todavía conserva su esencia rural.

Valdefierro todavía conserva su esencia rural. / Jaime Galindo

Alberto Arilla

Alberto Arilla

La Val de Fierro era una antigua acequia que regaba los terrenos ubicados entre los montes de Torrero y la Peinadora con el agua que bebía del Canal Imperial de Aragón. Y fue sobre las tierras de aquel viejo valle zaragozano donde varias personas fabricaron su nuevo hogar. Lo hicieron entre los 50 y los 60 y, además, "de noche y sin plan urbanístico". Así lo recuerda Jesús Picazo, quien además de ser el presidente de una de las dos asociaciones vecinales del barrio, la de Las Estrellas, es uno de los vecinos más históricos de Valdefierro. No es casual, por cierto, el nombre elegido por este colectivo para su agrupación, pues habituales fueron los nombres de constelaciones con los que los primeros habitantes, que procedían de otros puntos del país como Extremadura, Andalucía o Soria, rotularon las calles que ellos mismos levantaban, y cuya esencia rural todavía se mantiene.

Y es que la historia de Valdefierro es la historia de un barrio en continua lucha, que no olvida sus orígenes y que sabe que todo lo que tiene a día de hoy lo ha conseguido por sus propios méritos, sin amedrentarse ante nada ni nadie. No fue hasta los 70 cuando comenzó a asentarse en la ciudad, aunque seguía a años luz de las condiciones básicas que se le exigen a un distrito. El primer gran ejemplo de contestación social a principios de esa década, en 1973, cuando los vecinos tuvieron que poner 15.500 pesetas, primero, y otras 16.000, después, para que a Valdefierro llegase el agua. "El Ayuntamiento de Zaragoza, por aquel entonces, no tenía dinero", rememora Picazo, que explica que, medio siglo después, esas tuberías "llevan un tiempo fallando al haber más presión ante el desarrollo del barrio. No todas se han reparado, y es esencial que las renueven".

No fue fácil, en cualquier caso, lograr un abastecimiento digno de agua para la zona. Por ejemplo, en 1978 todavía había más de un centenar de vecinos sin ese recurso vital, especialmente en la calle Aldebarán. "Nos manifestamos y nos recibió el alcalde Sainz de Varanda, y en dos meses lo tuvieron que hacer", afirma Picazo. Una década, la de los 70, en la que se vivieron otros episodios de tensión, especialmente con la huelga de 1974 en la que los vecinos reclamaban un mejor servicio de autobuses. "Vino la policía, pegaron a una señora mayor y se lió una batalla campal con varios heridos y detenidos", narra el vecino, que cifra en más de 700 los agentes que mandaron en aquella ocasión.

Una serie de luchas y demandas que continuaron en los 80, con la petición de la construcción de un centro de salud propio, ya que el único cercano era el del Oliver, al que debían acudir andando por el arcén de la carretera de Madrid. También reclamaron la creación de un espacio de esparcimiento y encuentro para el distrito, consiguiendo que en 1987 la Iglesia cediese unos terrenos entre el actual Parque de la Estrella Polar y la plaza de la Inmaculada. Así nació el Centro Cívico Valdefierro, "el segundo de la ciudad y el único con gradas", noticia en los últimos días por un polémico cerramiento que ha provocado que los vecinos, una vez más, tengan que levantar la voz contra una decisión política unilateral.

Comunicaciones y accesos

Las comunicaciones son otra de las luchas históricas de los vecinos. En la actualidad, tan solo hay dos autobuses que lleguen al barrio, el 24 y el 36, sus únicas conexiones con el centro de Zaragoza. Esperanza, habitante de Valdefierro desde hace dos décadas, considera que ambas líneas "hacen prácticamente el mismo recorrido", por lo que "un autobús que fuese también hacia el sur de la ciudad no nos vendría mal". Dos líneas a las que se podría añadir el 38, que inicia y finaliza su ruta en la residencia Pignatelli, en las lindes del distrito con Delicias.

Los vecinos reclaman que se habiliten los accesos a San Juan Bautista desde el Canal Imperial.

Los vecinos reclaman que se habiliten los accesos a San Juan Bautista desde el Canal Imperial. / Jaime Galindo

En cualquier caso, el tejido social de Valdefierro reclama ahora que se ejecuten los accesos del Canal Imperial a la calle San Juan Bautista, que según Picazo "llevan proyectados desde 1986 y ningún Gobierno, sea del color que sea, los ejecuta". Precisamente, tan solo ocho años después de aquel plan los vecinos volvieron a tomar las calles. Esta vez, en 1994, para reclamar una salida a la avenida Gómez Laguna. "Todas aquellas protestas fueron ilegales, pero nos hicieron caso porque con la razón se va a cualquier sitio".

Asimismo, el presidente de la asociación Las Estrellas desgrana otras demandas vecinales, más allá de las ya citadas, como son las mejoras en accesibilidad en los accesos a los cerros que rodean el barrio, que cuentan con un 32% y un 14% de pendiente cada uno, así como en la rehabilitación de las aceras, muchas de ellas con dificultades físicas por los postes de hormigón que aún conservan. "La movilidad no solo son los buses, las biciletas o los patinetes", concluye Picazo.

Crecimiento urbano

En cualquier caso, el crecimiento de la capital aragonesa a nivel urbanístico en los últimos tiempos también ha alcanzado a Valdefierro, que en 2021 contabilizaba algo más de 16.000 habitantes y espera recibir cerca de 6.000 con las nuevas promociones de vivienda en zonas como el corredor verde, la avenida Valdefierro o los terrenos más cercanos al Canal_Imperial. El entorno del Buen Pastor también recobrará vida próximamente. El edificio del antiguo reformatorio, ya derruido, será el lugar donde la DGA levante una nueva residencia para mayores en la que está previsto invertir más de 24 milones. Y en sus alrededores se van a levantar 323 viviendas de protección oficial (VPA), que se suman a las 189 de alquiler asequible que Zaragoza Vivienda ya ha adjudicado.

Vista aérea de Valdefierro en 2005, con varios terrenos todavía por desarrollar.

Vista aérea de Valdefierro en 2005, con varios terrenos todavía por desarrollar. / Archivo

Desde la patronal de los constructores, su presidente Juan Carlos Bandrés considera que esta ordenación urbanística, que se está llevando a cabo paulatinamente, permitirá "ir cerrando una de las cicatrices que tenía Zaragoza, conectando todo el barrio con el resto de la ciudad", con el ejemplo del corredor verde como reflejo. 

Un barrio tranquilo

Así las cosas, de regreso al plano social, sus habitantes definen su barrio en una palabra: "Tranquilidad". Habituales son las estampas en su zona más antigua, esa que se levantó 'en la sombra', de vecinos tomando un vermú en plazas como la de la Inmaculada. Algunos de ellos son de reciente llegada a Valdefierro, como José, un cordobés que reside en el distrito desde hace ocho años. "La verdad es que está muy bien. Es un lugar tranquilo para vivir, puedes aparcar en cualquier sitio y tiene de todo", cuenta mientras desayuna en un bar junto al centro cívico, donde acude todos los martes y jueves a hacer gimnasia.

Opinión que comparte María Pilar, que tras jubilarse hace tres años decidió mudarse al barrio. Mientras se acerca a comprar el pan, resume su sentir en una pequeña reflexión: "No es que salga demasiado, pero la gente es muy maja, muy normal. Al final, para vivir en cualquier sitio no hay que montarse películas, solo hay que saber hacerlo".