Polémica sentencia

Javitxu, de 'Los 6 de Zaragoza': "Creo que un Gobierno progresista no puede permitir que entremos en prisión"

El próximo 10 de abril termina el plazo para que tres de los cuatro de los conocidos como ‘Los 6 de Zaragoza’ entren en prisión. Las únicas pruebas contra ellos son el testimonio de los policías que los detuvieron. Han pedido el indulto al Gobierno de España. Javitxu, uno de ellos, narra su historia a este diario.

Javitxu abrazando a su madre tras un acto en el Congreso.

Javitxu abrazando a su madre tras un acto en el Congreso. / iván trigo

Iván Trigo

Iván Trigo

«Estoy bien. Teniendo en cuenta mi situación, estoy fuerte. Estoy preparado». Habla Javitxu (27 años), condenado a cuatro años y 9 meses de cárcel por «desórdenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones a policías». El miércoles, si nada lo impide, tendrá que ingresar en prisión. Fue detenido el 17 de enero de 2019 cuando estaba en un bar tras haber participado en una manifestación antifascista contra un mitin de Vox que se celebró en la capital aragonesa y en la que se produjeron altercados. Las únicas pruebas en su contra son el relato de la Policía. Junto con otros cinco jóvenes, todos arrestados en similares circunstancias, son conocidos como Los 6 de Zaragoza. Esta pasada semana formalizaron su petición de indulto al Gobierno de España.

A lo largo de estos años, Javitxu y los otros cinco jóvenes (dos de ellos eran menores de edad cuando fueron detenidos, por lo que no se ha pedido cárcel para ellos) han pasado un calvario judicial. La primera sentencia de la Audiencia Provincial llegó en 2021. Les condenaba a 6 años de prisión. Recurrieron al Tribunal Superior de Justicia de Aragón y los magistrados elevaron la pena a 7 años. El último auto en su contra llegó este pasado mes de febrero. El Supremo rebajó las penas a 4 años y 9 meses.

¿Y cómo se conciencia alguien para entrar en prisión cuando está convencido de su inocencia? «Hay que prepararse para lo peor. Yo soy bastante pesimista. Siempre tienes que tener esperanza pero pensando que lo peor puede llegar. Estoy fuerte –insiste–. Mis compañeros están peor. Era la primera vez que se significaban políticamente y que participaban en una manifestación. Y mira cómo ha acabado todo».

Javitxu es el único de los cuatro que ha presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional. Solo eso o el indulto pueden hacer que se libre de prisión. «Nos queda esperar. Estos meses he estado leyendo mucho sobre cómo es la cárcel por dentro y las cosas que puedes hacer. Acabaré la carrera de Filosofía por la UNED que dejé cuando me detuvieron», explica.

Cuando comenzó su periplo judicial, Javitxu abandonó sus estudios porque quería centrarse en su pasión, la música. «Pensé que si acababa entrando en la cárcel, no quería arrepentirme de no haber hecho las cosas que me gustan», cuenta. Durante estos años ha trabajado como bajista y técnico de luces en una orquesta. «Es lo único positivo que me ha traído todo esto», relata. Todo lo demás no ha sido precisamente bueno. «He vivido estos años con una incertidumbre constante. Con ansiedad. Nunca había tenido y me asusté cuando noté esa presión en el pecho. Lo hablé con alguno de los otros detenidos y me ayudó saber que no era el único al que le pasaba. Pero he tenido que ir a terapia psicológica. Y me han llegado a dar paranoias de que me estaban siguiendo por la calle. Ha sido muy jodido», admite, sincero.

Vídeos exculpatorios

Durante el juicio, sus defensas presentaron dos grabaciones en las que se veía que los manifestantes más violentos en aquella manifestación, que lanzaron piedras y se enfrentaron a la policía, llevaban la cara cubierta, por lo que los agentes no pudieron haberles identificado. Los vídeos no fueron admitidos como prueba.

«Mi sensación es que hemos sido el chivo expiatorio. Me detuvieron a mí pero podrían haber detenido a cualquier otro. O a los 200 que estábamos. Cuando llegó la primera sentencia, la de la Audiencia Provincial (que pedía 6 años de prisión), entendí que de primeras un juez no iba a quitarle la razón a seis policías. Pero cuando recurrimos al TSJA y nos elevaron las penas vi que en España tenemos un problema. Que las declaraciones de unos agentes, que se contradijeron en el juicio, sirvan para ubicarte en un lugar y ya con eso te puedan meter en la cárcel no es justicia», dice.

Apoyos políticos

«Me detuvieron una hora después de que acabara la manifestación cuando me estaba tomando un café con leche», recuerda. «La policía entró al bar y se llevó a cuatro chavales. No los conocía, aunque alguno me sonaba. Me quedé mirando y uno de los policías dijo ‘este también se viene con nosotros’». Y ahí comenzó su viacrucis.

Desde 2019 Javitxu no ha dudado en dar la cara. Pero eso también ha tenido un coste para él. «He recibido muchísimo odio por redes sociales. No he cerrado mi perfil de Twitter porque me ha ayudado a difundir nuestra causa. Pero lo he pasado mal. He recibido amenazas constantes. ‘Si pasas por San José te vamos a partir la cara’, me han dicho. Y a mi padre igual. Le han llegado a decir que me han educado mal y que se joda porque a su hijo ahora le toca comer trena. Me han dicho cosas que yo no le diría ni a mi peor enemigo. Me acusaban de violento mientras ejercían violencia contra mí», lamenta.

Por el contrario, mucha gente también les ha apoyado. Se han recogido miles de firmas apoyando su petición de indulto. Entre ellas está la del exvicepresidente Pablo Iglesias, la del diputado aragonés Jorge Pueyo (Sumar Aragón) y la de Ernest Urtasun, actual ministro de Cultura, entre otras muchas. «Mucha gente se ha hecho la foto con nosotros y esperamos que ahora, a la hora de la verdad, nos ayuden. Tenemos un Gobierno progresista y ya llevan muchos años sin derogar la ley mordaza. Creo que no se pueden permitir que entremos en la cárcel. Contamos con esa baza», afirma Javitxu.

Del día de su detención, este joven tiene grabada a fuego la conversación que mantuvo con un agente de la Policía Judicial mientras Javitxu esperaba a a que llegara su abogada de oficio. «La última pregunta que me hizo fue: ‘¿Por qué nos odiáis?’. Le respondí que yo no odio a nadie. Ni a la Policía ni a los que fueron a aquel mitin de Vox. No odio a nadie», insiste. Pero sí que le guarda un mensaje al agente que le detuvo: «Creo que deberían ser conscientes de lo que hacen cuando detienen a un chaval como era yo. Es algo muy serio. A mí me están jodiendo la vida».

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