Movilidad

La Zona de Bajas Emisiones de Zaragoza llegará en 2030 hasta la plaza Paraíso

Su implantación se hará en dos fases y, previsiblemente, empezará a multar a partir del primer trimestre de 2026 

Una furgoneta circula por la calle Galo Ponte, en el Casco Histórico de Zaragoza, donde un cartel anuncia la Zona de Bajas Emisiones.

Una furgoneta circula por la calle Galo Ponte, en el Casco Histórico de Zaragoza, donde un cartel anuncia la Zona de Bajas Emisiones. / Josema Molina

Zaragoza ya tiene su proyecto de Zona de Bajas Emisiones (ZBE), un requisito legal de implantación obligatoria en 2026 para todas las poblaciones con más de 50.000 habitantes que, hasta ahora, en la capital aragonesa ha funcionado como una medida más simbólica e informativa que real, pues no sanciona a los infractores. Esta nueva ZBE contará con una aplicación progresiva y dos zonas bien diferenciadas, de manera que, para el año 2030, llegará a límites del centro de la ciudad como las plazas Paraíso y Europa o los paseos María Agustín y Constitución.

El Gobierno de la ciudad aprobará el próximo viernes el anteproyecto de la ordenanza para esta ZBE, así como su proyecto técnico, con la previsión de que el pleno del mes de julio dé luz verde a ambos documentos. Con ello, y atendiendo a los plazos burocráticos habituales, la nueva norma, que llegará por fases, podría comenzar a implantarse a finales de agosto o principios de septiembre.

Empezará por el área conocida como ZBE Casco Histórico, delimitada por el paseo Echegaray, San Vicente de Paúl, el Coso, plaza España, Conde Aranda, Mayoral, plaza Santo Domingo y Ramón Celma. Es decir, la superficie que hasta ahora comprende la Zona de Bajas Emisiones de la ciudad.

La siguiente, llamada ZBE Centro, trascenderá los límites del Casco Histórico y se comenzará a implantar en el año 2030. En este caso, abarcaría el interior del perímetro delimitado por el paseo Echegaray, el Coso, Alonso V, Asalto, paseo la Mina, Constitución, plaza Paraíso, Paseo Pamplona, paseo María Agustín, plaza Europa y, de nuevo, Echegaray.

En cuanto a las fases de su aplicación, la primera comenzará con la entrada en vigor de la ordenanza y se prolongará durante seis meses. Tendrá un objetivo informativo, aunque será obligatorio que los vehículos exhiban el distintivo ambiental cuando se disponga de él.

La fase 2 comprenderá los seis meses siguientes, con vigilancia de la Policía Local, que impondría sanciones de carácter informativo, es decir, sin importe en la multa. Tras ella llegará la fase 3, que abarcará otro semestre y que incluirá el inicio del proceso de registro para los vehículos que requieran autorización para acceder a la ZBE por no cumplir los requisitos ambientales, pero sí se encuadran dentro de las excepciones previstas.

La fase 4 englobará el periodo desde que termine la anterior hasta el 1 de enero de 2030, momento en el que ya entraría en funcionamiento por completo la ZBE con sistemas de vigilancia automatizados y aplicando las sanciones correspondientes por su incumplimiento. Así, según estos plazos, y tomando como referencia de inicio del proceso el mes de septiembre de este año, será a partir del primer semestre de 2026 cuando se comenzará a multar.

Autorizaciones para la ZBE

Será ya a partir del 1 de enero de 2030 cuando comenzará la implantación de la ZBE Centro. Como la anterior, también será por fases, aunque solo comprenderá dos. La primera, de seis meses de duración, iniciará el proceso de registro para los vehículos que requieran autorización para entrar y todavía no se multará. La segunda, inmediatamente posterior, supondrá la entrada en funcionamiento por completo de la zona, con sistemas de vigilancia automatizada y aplicando las sanciones correspondientes en el nuevo perímetro.

En cuanto a las condiciones de acceso a esta zona, será libre para bicicletas y vehículos de movilidad personal, así como para los transportes con distintivo ambiental B, C, ECO y 0. Además, el proyecto incluye un amplio catálogo de excepciones, aunque será necesario disponer de una autorización expresa.

En concreto, se refiere a los vehículos dedicados al transporte de personas con movilidad reducida; los de propietarios o arrendatarios de plazas de garaje ubicadas dentro de la ZBE, así como de locales con actividad comercial; los de aquellos con tarjeta de residente de la zona cuando estacione en la entorno que tenga asignado y los que prestan servicios de emergencia esenciales.

También, aquellos con matrícula extranjera que no cumplan los requisitos tecnológicos y de emisiones exigidos y que no estén en la base de datos de la DGT; los vehículos dedicados al transporte de personas con enfermedades que condicionen el uso del transporte público; los que accedan a estacionamientos públicos o reservas de hoteles cuando en estos no exista un sistema de control de acceso conectado con el control de la ZBE; los que tienen características o tareas específicas; los taxis adaptados; los vehículos titulares de plazas de aparcamientos municipales para residentes y aquellos históricos registrados.

Además, está previsto permitir hasta ocho accesos mensuales a los transportes sin distintivo ambiental pero registrados que requieren una entrada esporádica a la zona.