El PSOE aceptará una de cada tres enmiendas presentadas a la proposición de Ley de Lenguas. Sobre todo las del PAR y las de CHA. Un gesto de buena voluntad para que ambos grupos permitan aprobar el texto cuando llegue el próximo 17 de diciembre al pleno de las Cortes. La votación artículo por artículo podría posibilitar que el PSOE saque adelante la norma con apoyos puntuales de ambas formaciones.

Una opción, la de aprobar la ley a tres bandas, que se acomoda mucho más a los posturas de todos. Al PAR, por una parte, le permite votar contra el artículo 2, en el que se establece la normalización del uso del catalán. Y rechazar todos aquellos puntos en los que aparezca esta denominación. Sin embargo podría votar a favor de la mayoría de los artículos, sobre todo en aquellos en los que se han aceptado sus planteamientos. Lo mismo sucederá con CHA, que apoyarían o no los artículos que más coincidan con los posicionamientos que figuran en sus enmiendas.

Esto obliga al PSOE a realizar equilibrismos. Alcanzar un punto intermedio entre la necesaria aceptación de enmiendas de CHA y PAR sin que ello implique una renuncia de sus planteamientos iniciales. De la esencia de la ley. Los socialistas admitían ayer mismo la "complejidad" que entraña, pero se mostraron convencidos de que el texto definitivo "será mejor" que el presentado en un primer momento.

De hecho, hasta ayer, la ponencia que estudia las enmiendas a la proposición de ley había tratado unas 100. De ellas se han aceptado 26, que se reparten PAR y CHA, pues de IU solo se han aprobado 2. Esta circunstancia marca la hoja de ruta de los socialistas. Admitir un tercio de las sugerencias es más de lo que esperaba.

Hoy se seguirá con el trabajo. Se verán todas las enmiendas presentadas, aunque se dejarán algunos puntos básicos para otra sesión, que se celebrará el día 9. Entonces el PSOE intentará alcanzar un acuerdo sobre la creación de una academia de las lenguas aragonesas. Todavía no está claro cómo se definirá la propuesta definitiva, si se opta por dos instituciones, una para catalán y otra para aragonés, o si se integran ambas en un único órgano con secciones diferentes. Tampoco está definido cómo se resuelve el uso de las lenguas "minoritarias" en la administración.