Pedro (nombre supuesto) fue una de las víctimas de esta última oleada de secuestros virtuales en Zaragoza. En su caso, recibió una llamada al número fijo de su bar, en la que una voz de chica decía algo así como "papá, me han secuestrado", y se oían voces con acento sudamericano en segundo plano. "Al principio te quedas en flash, recordaba Pedro. Pero en alguna ocasión había leído en EL PERIÓDICO sobre estas prácticas, y tras recordarlo optó por colgar e intentar localizar a su hija pequeña, para comprobar que estaba bien, como así era. "Aún volvieron a llamar, pero colgué y llamé a la Policía", añadía. En la centralita del 091 ya le explicaron que habían recibido varias llamadas similares a lo largo de la jornada, y le animaron a acercarse a la comisaría más cercana a denunciar. El grupo de Atracos se puso en contacto con él para ello.