Lo esperaban los tres y a ninguno le pilló por sorpresa. Agapito Iglesias llamó a su despacho ayer a Pedro Herrera, Manuel Fernández Nieves y Luis Costa para entregarles sus respectivas cartas de despido, confirmando que abandonan la entidad. El club aragonés los quiso incluir en el Expediente de Regulación de Empleo, pero al no autorizar la jueza que lleva el concurso ese ERE, se acogió a las pérdidas económicas de la SAD para justificar esos despidos, que ahora quedan en manos del abogado de los tres, Arturo Acebal, para una negociación con la entidad o, llegado el último caso, para una posible demanda, extremo al que ninguno de los tres implicados quiere llegar. De momento, según la actual legislación, el club les deberá pagar 20 días por año trabajado en un máximo de 12 mensualidades como indemnización.

Agapito justificó su decisión en la situación económica y en la necesidad de reestructurar el área deportiva. Lo cierto es que tanto Herrera como Costa y Nieves hubieran preferido otras formas por parte del presidente, una salida más acorde a sus muchos años de dedicación, pero si en algo también ha perdido el Zaragoza desde que Agapito llegó al club es en el saber estar, en el reconocimiento a una labor.

Pedro Herrera abandona el cargo de secretario técnico tras 19 años, ya que llegó en 1993, y ahora, con 52 años, podría optar por entrar en algún otro club o acudir a alguna empresa de representación porque su nivel de conocimientos del mercado y sus contactos en el mismo son indiscutibles. En los últimos tiempos Herrera ya no gozaba de la confianza del dueño del club y su salida desde hace dos años era cuestión solo de tiempo. Con él al frente de la Secretaría Técnica, el Zaragoza ha levantado una Recopa, tres Copas y una Supercopa, aunque también dio dos veces con sus huesos en Segunda. Herrera ponía ayer fin a una época donde su trabajo permitió fichajes como los de Morientes, Kily, Villa, Milosevic o los Milito, aunque de su mano también llegaron otros jugadores de menor brillo y otros que constituyeron un fracaso, como Drulic. En todo caso, esos 19 años en un puesto nada fácil y con muchos ojos situados sobre él, teniendo en cuenta que antes ya fue jugador zaragocista seis temporadas, merecían otra despedida.

TÉCNICO LAUREADO También la merecía Luis Costa, uno de los entrenadores más laureados del club, con el que logró dos títulos de Copa, en 1986 y en el 2001, además de dirigir al equipo en cuatro etapas diferentes. De forma permanente y con un contrato indefinido llevaba ligado a la entidad 17 años, aunque antes ya estuvo en los 80 como entrenador, además de ser jugador zaragocista en los años 70, concretamente entre 1970 y 1973. Con 69 años, Costa se va con la satisfacción del deber cumplido. Agapito apenas le otorgó confianza desde que llegó al club y sus últimos años en el Zaragoza ha estado integrado en la Secretaría Técnica.

En esa misma área estaba Manuel Fernández Nieves, que iba a jubilarse en octubre, cuando cumplirá 65 años. Nieves, como Costa y Herrera, sabía hace tiempo del carácter irreversible de su salida y ha estado varias décadas ligado a la entidad, ya sea como guardameta, como técnico del filial o entrenador de porteros o como miembro del cuerpo técnico. En la estructura fija del Zaragoza llevaba desde 1984.