Esta historia comienza el 1 de enero pasado. Érase un equipo colista, desahuciado, carne de Segunda, con un cambio institucional con la llegada de Arenere que no duró ni diez días y un clima social contra la gestión de Agapito Iglesias sin precedentes en la historia del club. A ese equipo llegó Manolo Jiménez recién comidas las uvas en su Arahal natal y solo un año después, el que finalizó en lo futbolístico en San Mamés, firmó una permanencia milagrosa y ahora ha recorrido ya la mitad del camino para la salvación cuando aún quedan dos jornadas para el ecuador y, con 22 puntos, está con siete de colchón con el descenso, una ventaja sin parangón en los últimos años. Desde la 06-07 no estaba tan lejos de la zona con billete al Infierno.

El balance anual es magnífico para este Zaragoza, que con 55 puntos es el sexto mejor del año. Sí, el sexto, igualado con la Real Sociedad y solo superado por el Barça (103), el Madrid (93), el Atlético (77), el Málaga (65) y el Betis (56). 17 victorias (10 en el final del curso pasado y 7 en el actual), 4 empates y 18 derrotas componen el bagaje del Zaragoza de Jiménez, unos datos que mejoran los del Valencia (52), el Athletic (48) o el Sevilla (45), clubs con mucho mayor presupuesto, y que remarcan la maravillosa historia escrita del 2012, donde por fin la afición vuelve a estar orgullosa de su equipo.

La resurrección del Zaragoza solo tiene parangón con la vivida por el Atlético de la mano de Simeone. El Cholo llegó solo siete días antes que Jiménez y propulsó al cuadro rojiblanco. Con una plantilla de menor nivel y con menos recursos económicos, pero con la misma medicina, el entrenador andaluz ha hecho una tarea como mínimo similar en el Zaragoza.

SEGUIR CRECIENDO "Aun no hemos hecho nada", decía Jiménez tras ganar en San Mamés. Mantiene el discurso de la humildad y el trabajo, valores innegociables para seguir creciendo, pero este Zaragoza, al que le costó arrancar este curso y que tiene una lógica y entendible irregularidad tras la revolución en fichajes del verano, sí ha hecho mucho. Esos 22 puntos, a falta de dos jornadas para llegar al ecuador, suponen que ya mejore en seis la mejor primera vuelta desde que regresó a la élite en el 2009. Fueron 16 en la 10-11.

Hay cosas que enmendar, claro, sobre todo en La Romareda, con cinco derrotas en ocho partidos en esta campaña, pero el Zaragoza viajero es uno de los mejores de la historia. Lleva 13 puntos y 4 victorias en la primera vuelta y aún le queda acudir al Vicente Calderón antes del intermedio, teniendo en cuenta que ya ha ido al Camp Nou, al Bernabéu y a Mestalla, lo que realza esa marca. Desde la 97-98, con Luis Costa, no logra cinco triunfos al llegar al ecuador de la competición. Aquella temporada finalizó con ocho victorias de forastero, pero el Zaragoza actual puede batir esa marca.

FORTALEZA VIAJERA Porque este equipo, como foráneo, es un bloque fiable, que araña en la presión, que trabaja con un claro espíritu solidario y colectivo, y que se siente cómodo cuando da la responsabilidad del balón al contrario para desarmarle después. El Zaragoza ha ganado en Cornellá (1-2), Granada (1-2), Vallecas (0-2) y San Mamés (0-2) y, con 13 puntos --empató en Mallorca--, es el tercer mejor a domicilio de la Liga, un balance que Jiménez completa con lo vivido en la recta final del curso pasado, donde hubo victorias en el feudo del Espanyol (0-2), del Sporting de Gijón (1-2), del Valencia (1-2) y del Getafe (0-2).

Son ocho triunfos --y 2 empates-- en 20 partidos fuera con Jiménez. Para ver el valor de ese dato hay que situarlo con lo vivido antes. Desde el verano del 2007 el Zaragoza firmó siete triunfos a domicilio en la élite --uno con Víctor, ninguno con Marcelino, tres con Gay y tres con Aguirre-- en 65 partidos hasta que arribó el técnico de Arahal y comenzó esa fábula que en el 2012 ha situado al Zaragoza como el sexto mejor del año.