Keylor Navas, portero costarricense que defendió la portería del Levante el pasado miércoles en La Romareda, se quejó ayer de los insultos recibidos por parte de un sector de la grada y manifestó su disconformidad con la parcialidad con la que se juzgan las acciones de alguno de sus compañeros de equipo. El guardameta defendió a su compañero Sergio Ballesteros, a quien La Romareda recibió con una sonora pitada y con insultos de "asesino, asesino". "A nadie le gusta que ofendan a un compañero. Las personas que gritan eso no son conscientes de que los futbolistas son personas, que tienen una familia que les quiere y eso puede hacer daño a otras personas", manifestó. Además, criticó que se juzgue solamente a algunos jugadores, mientras que otros futbolistas "que también hacen cosas" no son tratados con la misma dureza.