Vuelta para Leandro y ovación para Bautista. Así se cerró la Octava de Feria en la que solo dos de los astados de Alcurrucén transmitieron algo. Sus otros hermanos tan solo camparon a sus anchas por el ruedo. "Ha sido una corrida difícil. Hubo dos toros un poco más dóciles, el primero de Leandro y el segundo mío. Como los otros fueron tan malos estos parecieron muy buenos", resumió Juan Bautista. El torero francés admitió que la res tuvo "más motor y más transmisión", antes de ponerse "protestón" a la segunda o tercera tanda de muletazos. "En mi faena hubo altibajos y momentos importantes. La estocada fue muy buena, pero el toro no se echó y quizá ahí perdí el premio".

La mansada de ayer regaló animales huidizos y con el sentido perdido. Desde el tercio de varas hasta darles muerte. Y, entre medias, un voluntarioso Leandro Marcos a punto estuvo de tocar pelo en su primero. "El toro duró muy poco, pero pude disfrutar y, sobre todo, sentir cómo la afición de Zaragoza respondía a mi concepto". Le faltó rematar. "La pena ha sido que no me hayan concedido la oreja, pero los aficionados y profesionales lo han visto y eso es lo que me vale. Me voy de aquí con la miel en los labios", comentó resignado pero satisfecho.

El segundo astado de Leandro se paró, se rajó, al igual que sucedió con el lote de Curro Díaz. Dos toros infumables frente a los cuales el linarense no perdió el tiempo. "Vengo con toda la ilusión del mundo y tropiezo con dos toros imposibles. No es justo que salgan esos dos ejemplares así. Me da mucha rabia". Algunos aficionados vieron la mansedumbre de los toros y otros la dejadez del torero. "De todos, yo soy el más cabreado", puntualizó.

Para muchos aficionados, la Feria del Pilar ya está liquidada. Once orejas y, a medida que llega su final, hay pocos atisbos de que remonte. Tres tardes restan para comprobar si alguien sale a hombros, aunque parece que cada día la Puerta Grande de La Misericordia se hace más pequeña. Mientras el ciclo termina, Juan José Padilla, corneado hace una semana, podría ponerse muy pronto en manos del prestigioso doctor Pedro Cavadas, especialista en trasplantes de cara, según señaló ayer el portal taurino aplausos.es. El diestro ya anunciado que cuando vuelva a torear, su furgoneta cambiará de lema: El ciclón de Jerez por el de Fuerza Padilla.