El Pilar de Zaragoza es una pieza clave de la devoción mariana. Pero también un poderoso foco de atracción turística que el año pasado atrajo a 7.000.000 de personas, una cifra que no distingue entre quienes lo hicieron por devoción y los que acudieron movidos por el interés artístico.

Con esa millonaria afluencia, la basílica constituye, de lejos, el monumento más frecuentado de Aragón, muy por delante del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que en el 2012 atrajo a 607.000 amantes de la naturaleza, una cifra muy similar a la de años anteriores.

"El grueso de los visitantes viene en verano", señaló Manuel Montes, director del parque, que explicó que el otoño también registra mucho movimiento de personal "por el deseo de ver el cambio de color de los árboles".

El santuario de Torreciudad acaparó, por su parte, la atención de 300.000 personas, una cifra que solo tiene en cuenta a las personas que forman parte de peregrinaciones y grupos y que no contabiliza a los numerosos particulares que se acercan a verlo, según sus responsables.

Le sigue en orden de interés el monasterio de Piedra, que es visitado por unas 200.000 personas al año que se maravillan de la profusión de torrentes, cascadas y estanques que se esconden en el seno del duro paisaje de la provincia de Zaragoza.

LO NUEVO Y LO ANTIGUO

En quinta posición se sitúa La Aljafería, un castillo de arte musulmán muy apreciado por los aragoneses (el 40% de los visitantes) y también por el resto de españoles y por muchos extranjeros, pues no faltan los franceses e italianos que se sorprenden de que la capital de Aragón albergue una especie de Alhambra tras las adustas murallas de la fortaleza.

Dinópolis, que irrumpió a principios de este siglo, se ha colocado en el sexto puesto con 148.405 clientes, una cantidad que recoge asimismo a aquellos que fueron a ver las distintas delegaciones del parque en la provincia de Teruel.

Curiosamente, a una atracción tan reciente le sigue otra que se pierde en los siglos medievales: el monasterio de San Juan de la Peña, que registró el pasado año 82.000 visitas, el 20% de ellos ciudadanos extranjeros.

Por comunidades autónomas, los visitantes más numerosos son los aragoneses, seguidos de los madrileños, los catalanes, los navarros y los vascos. Claro que solo se cuentan aquellos que recorren el monasterio viejo y no a la infinidad de personas que disfrutan de unas horas en la explanada del monasterio nuevo.

La ciudadela de Jaca y su Museo de Miniaturas Militares vienen a continuación, con 33.114 visitas, un buen resultado que supone un incremento sobre el año anterior, según Diego Fernández, gestor cultural del Castillo de San Pedro y director del espacio permanente de exposiciones. Y, cerrando la lista, el Museo de Pablo Gargallo, de Zaragoza, con 24.548 visitantes, según indican fuentes del ayuntamiento.