La segunda ola de calor que sufre Aragón en menos de una semana ha conseguido convertir en un infierno los pinares de Luna, en Zaragoza. Un incendio forestal se declaró ayer sobre las 16.30 horas, obligando a desalojar a los más de 1.350 habitantes pertenecientes a las poblaciones de Farasdués, Asín, Orés, Malpica de Arba y Biota, en las altas Cinco Villas. También dos residencias de la tercera edad con 26 internos. Fueron trasladados a los albergues de Ejea de los Caballeros, Sádaba y al pabellón de Luesia.

Una decisión que tomó el Gobierno de Aragón de forma preventiva ante la gran columna de humo que, debido al viento que sopló en la zona de hasta 25 kilómetros horas, se fue desplazando hacia dichos municipios y pedanías. Al cierre de esta edición, se desconocía el número de hectáreas afectadas y el origen del mismo, aunque una de las hipótesis que se barajan, según fuentes consultadas, es que haya podido ser la chispa producida por una cosechadora y hayan ardido ya más de 3.000 hectáreas. El fuego se encaminaba anoche en dirección noroeste, hacia una zona con una importante masa arbolada de pinares y monte bajo, así como campos de cereales que, van a intentar ser utilizados como cortafuegos. Por ello, algunos habitantes usaron su maquinaria para labrar el terreno.

Las malas condiciones climáticas --altas temperaturas, una humedad baja y las rachas de viento--, unidas a la complicada accesibilidad de la orografía del terreno dificultaron las labores de extinción en la que trabajaron cinco cuadrillas helitransportadas en cinco helicópteros con base en Bailo, Boltaña, Ejea, Calamocha y Brea; siete cuadrillas terrestres; cuatro autobombas, un helicóptero de coordinación y agentes de protección de la naturaleza (APNs) del Gobierno de Aragón.

Los bomberos de Ejea con una autobomba y un vehículo nodriza, las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de Daroca (Zaragoza) y de Lubia (Soria), un helicóptero Kamov, tres hidroaviones, un vehículo de meteorología y transmisiones y un puesto de mando avanzado. También se desplazaron elementos de reconocimiento y primera intervención del Cuarto Batallón de Zaragoza, que se sumaron a los elementos de segunda intervención, lo que da un total de efectivos de 53 militares y 22 vehículos, de lo que destaca seis autobombas y dos nodrizas.

A pesar de la gran cantidad de medios, la DGA solicitó ayuda al Ministerio de Medio Ambiente y a los Ejecutivos autonómicos de Cataluña, Valencia y Navarra. Está previsto que lleguen a primeras horas de hoy, ya que, principalmente, son aeronaves que solo pueden emprender vuelo con luz.

Las previsiones no son muy satisfactorias, destacaron estas fuentes, si bien reconocieron que con la llegada de la noche la humedad aumenta y bajan las temperaturas, dos elementos determinantes en la extinción. A lo largo de la noche trabajaron cuadrillas terrestres, a la espera de los hidroaviones.