El alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, retiró ayer la acusación de injurias y calumnias que había presentado contra un vecino de la localidad y militante del PSOE, Eduardo Gil, por lo que considera «graves acusaciones vertidas contra él en las redes sociales».

Al no ejercer la acusación particular y tampoco acusar el ministerio público, no se llegó a celebrar el juicio, que estaba previsto en la mañana de a ayer en la Ciudad de la Justicia, en Zaragoza.

«He decidido aplicar la figura del perdón y no seguir adelante», subrayó ayer el regidor bilbilitano a este medio. Eduardo Gil, explicó, vertió en las redes «graves acusaciones de corrupción» contra su persona.

En las mismas se acusaba al alcalde de haber cometido hechos ilegales en el ejercicio de su cargo. Los hechos se remontan al 2014 y Gil utilizó al parecer tanto su propia dirección como la del Partido Socialista.

DISCULPAS // «No he querido seguir adelante», insistió Aranda, que subrayó que no pedía pena de cárcel. «A mí me sobra con que pida disculpas en el mismo medio que utilizó», agregó.

Este medio intentó ayer sin éxito ponerse en contacto con el acusado. Sin embargo, fuentes del PSOE bilbilitano señalaron que la retirada de la acusación equivalía a una «absolución» del acusado.

Desde su punto de vista, el imputado se limitó a ejercer el derecho de expresión y de opinión, un argumento que hubiera utilizado su abogado en el juicio si se hubiera llegado a celebrar.

En el juicio estaba prevista la intervención, en calidad de testigo, de Víctor Ruiz de Diego, portavoz socialista en la corporación municipal, quien había sido citado a petición de la acusación particular.

Sin embargo, tras un tiempo de espera en los pasillos de la Ciudad de la Justicia, el regidor bilbilitano decidió, como gesto de buena voluntad, proceder a retirar la acusación de común acuerdo con su letrado.

Las supuestas injurias y calumnias se sucedieron en distintas fechas y hacían relación a la vida política local, en relación con la ejecución de obras o los contratos concedidos a empresas. El tono empleado por Gil era fuertemente crítico.