Sanidad

El ‘Big Data’ de Aragón facilita la investigación en el covid persistente y el cáncer

El análisis de datos sanitarios «es esencial para tratar enfermedades y personalizar tratamientos»

El análisis de los datos de las historias clínicas y de los informes puede servir para prevenir enfermedades.

El análisis de los datos de las historias clínicas y de los informes puede servir para prevenir enfermedades. / EL PERIÓDICO

Eva García

Eva García

Las administraciones públicas, la industria, las empresas y cada persona genera continuamente datos en todos los sectores y también en el sanitario, que se van recopilando día a día. Ese conocimiento que sale del análisis de la información debe «redundar en el beneficio de la sociedad». En el caso concreto de la sanidad, cada vez que un paciente acude a la consulta o se le hace una prueba genera datos que, estudiados, puede ser utilizada para llevar a cabo «investigaciones, para averiguar nuevas formas de tratar enfermedades y para personalizar el tratamiento médico», asegura Carlos Tellería, responsable del proyecto Bigan.

Esta iniciativa del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón desarrollada por el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) es un proyecto de Big data nacido en 2018 (en el Instituto llevan desde más de 20 años trabajando con datos de salud) tiene como objetivo utilizar «todos esos datos que genera el sistema en todos los hospitales y centros de salud, debidamente anonimizados y con las medidas de seguridad adecuadas» para ayudar al consejero de Sanidad y a los directores generales a «entender cómo está funcionando el sistema» y tener argumentos «para tomar decisiones de gestión y fomentar proyectos de investigación biomédica», explica. 

200 proyectos

En este tiempo ya han puesto en marcha entre 150 y 200 proyectos de investigación, además de dar soporte al departamento durante toda la pandemia, «recopilando y ofreciendo diariamente datos estadísticos, haciendo previsiones mediante modelos de inteligencia artificial de cómo iba a evolucionar el número de ingresos, el número de contagiados, entre otros», para así tomar decisiones.

Actualmente, están trabajando en un estudio sobre el covid persistente ya que «no está clara la causa», asevera. Se sabe que han pasado la enfermedad, que tienen problemas musculares, de respiración «pero no exactamente cuál es la causa y, por lo tanto, cuál puede ser el tratamiento», reconoce Tellería; quien precisa que lo que se busca es «encontrar formas de diagnosticar adecuadamente covid persistente» y pistas que indique la causa.

Otro proyecto que actualmente desarrollan, con el IIS Aragón y el ITA, es para aplicar procedimientos de inteligencia artificial para «mejorar el diagnóstico del cáncer colorrectal y el cáncer de próstata», explica. El objetivo es poder hacer una «evaluación de riesgo precoz» para así tener en cuenta qué pacientes deberían someterse a una colonoscopia o a una biopsia de próstata y cuáles no». Con esto se lograría reducir el impacto en el sistema porque «a veces se realizan muchísimas por seguridad que se ven que no hubieran sido necesarias», por lo tanto «si somos capaces de detectar previamente el nivel de riesgo, eso favorece a que el sistema vaya más fluido, haya menos costes, menos lista de espera y favorece el diagnóstico de los pacientes».

Desde el IACS recopilan datos y los analizan, pero «tienen que estar ordenados, estructurados y depurados y eso lo hacemos de forma diaria» en lo que denominan «un gran lago, un gran repositorio donde están los datos preparados» que entran cada día. Y cuando un investigador lo necesita y un comité aprueba su proyecto se «le da acceso a esos datos y solo a los que necesita para su proyecto», afirma Tellería. Están de forma anonimizada, es decir, se conoce la información, pero no a quién pertenece, precisa; y una vez que culmina el estudio se «inyectan nuevamente en el sistema sanitario porque pueden condicionar una nueva forma de hacer el diagnóstico».

Oficina del dato

La directora del IACS, Elena Gonzalvo, anunció este miércoles en las Cortes, la creación de una oficina del dato sanitario. Esto está todavía en fase de proyecto, aunque “no es una idea nuestra, sino que cada vez se está extendiendo a más organizaciones” que se dan cuenta de que la gestión de datos es fundamental, que es un “activo de un valor sustancial igual que puede ser un edificio o una patente industrial”. Esto supondría tener una organización que ayuda a gestionar y organizar, es decir a “organizar cómo coges esos datos, de donde, cómo los guardas, los usas o a decidir quién tiene acceso o no y en qué condición” para así garantizar la seguridad, la calidad de esos datos. Esto es en parte lo que ya realiza el Instituto de Ciencias de la salud, pero sería necesario que fuera “transversal”, es decir, esta oficina del dato sería un organismo que implicar al Servicio Aragonés de Salud, a la Dirección de Salud Digital, a protección de datos e incluso a las “asociaciones de pacientes” porque esa información que se genera y recopila desde el Departamento de Sanidad es “sobre todo de los ciudadanos”.

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