La ludopatía es, cada vez más, cosa de jóvenes, según están comprobando con preocupación las asociaciones de rehabilitación y prevención de este trastorno, como Azajer, y el Gobierno de Aragón, encargado del control del sector en la comunidad. Y el afán de los menores de edad por jugar, particularmente en establecimientos de apuestas deportivas, está haciendo aflorar a los comisionistas adultos. Herederos de los prestamistas usureros, estos cobran, por iniciativa propia o a petición de los jóvenes, una comisión por las apuestas que realizan en su nombre.

Desde que en junio del año pasado se intensificaron los controles en los negocios la detección de presencia de menores ha descendido muchísimo, y «la gran mayoría de los empresarios son cumplidores con la ley», destacó la directora general de Justicia e Interior, María Ángeles Júlvez. Pero aun así, buena parte de los 180 expedientes de sanción abiertos en la comunidad este año han sido por este motivo.

Esta fue la principal alerta lanzada ayer por Júlvez y la presidenta de Azajer, Esther Aguado, durante la presentación de la I Jornada de Juego Responsable en Aragón, que se celebra hoy. Un día para escenificar el compromiso político, social y empresarial con el combate de este trastorno.

50 millones

No se trata de criminalizar a un sector que, según los datos de Interior, da de comer a unas mil familias en la comunidad y genera 50 millones en tasas (entre el 25% y el 30% de la facturación) para las arcas del Gobierno autonómico. Pero si es cuestión de incidir en un problema que no es nuevo, pero tampoco revierte.

Los menores se inician cada vez antes en el mundo del juego, aunque la media de edad de comienzo se mantenga aún en la edad adulta (19 años) y su presencia es, como apuntaba la directora general, el principal motivo de sanción para los locales. Unas multas que pueden ir de los 1.500 euros a enormes cantidades, según la reincidencia.

Al respecto, la asociación Azajer ha detectado prácticas «lúgubres y peligrosas» como los citados comisionistas. Este tipo de actividad es además prácticamente imposible de detectar para los empresarios, que bastante tienen con el control de los menores y los autoprohibidos, jugadores patológicos que se inscriben en un registro -del que Aragón fue pionero- para no poder entrar a los locales.

Desde el segundo semestre del año pasado, además de mejorarse el acceso y actualización de este sistema (del que es más fácil entrar que salir, ya que hay que pagar una tasa para lo segundo y esperar seis meses), los empresarios han de actualizar a diario las listas y controlar en todo momento quién accede al local y que su DNI sea auténtico.

Pero, pese a los esfuerzos del Ejecutivo, los empresarios y la Unidad Adscrita del Cuerpo Nacional de Policía en Aragón (encargada del control), combatir el avance de los trastornos de dependencia del juego no es sencillo.

NORMALIZACIÓN

Como lamentaba la presidenta de Azajer, los juegos de azar, sobre todo con la proliferación de las casas de apuestas deportivas, están cada vez más normalizados y la percepción de riesgo disminuye. Gozan de tal aceptación que los anuncian «personas famosas», y además la legislación estatal es más permisiva a la hora de publicitarlos.

En Aragón sí que ha habido una sanción por publicidad indebida -que la directora de Interior no quiso detallar, al estar el caso judicializado-, pero no hay más que ver los anuncios, en particular de programas deportivos, para comprobar lo habituales que son.

Algo similar sucede con el juego en internet, donde los jóvenes tienen su feudo. El control es estatal, y al igual que en los locales, ha de haber control de DNI. Pero no es muy difícil, ademitían ayer Júlvez y Aguado, que se puedan falsificar estas inscripciones, amparadas además en el anonimato propio de la red.

La percepción de riesgo entre los aragoneses da idea de la falta de adaptación a estos cambios sociales. Así, mientras el 76% de la gente ve peligro de adicción en las tragaperras (cada vez más usadas en salas de juego y menos en bares), los bingos bajan al 49%, los casinos al 47% y solo un 22% percibe riesgo en el póker online.