La Coordinadora de Biscarrués-Mallos de Riglos anunció ayer en Ayerbe «movilizaciones» el próximo mes de junio contra el proyecto de construcción del embalse, que calificó de «robo innecesario». Además, adelantó que se realizará un «desalojo simbólico» en el que todos los habitantes de la Galliguera sacarán sus muebles y enseres a la calle para visualizar el desastre social que representará la presa.

Las concentraciones se llevarán a cabo en Huesca y Zaragoza en fechas todavía sin concretar, explicó Lola Giménez, portavoz de la coordinadora, que subrayó que los «300 millones que costará en total el proyecto» están condenados al fracaso en un territorio que es «puro desierto». Además, aseguró que las empresas pequeñas y familiares creadas en la Galliguera al calor del ráfting generan ya más riqueza de la que produciría la zona transformada en regadío.

A la reunión de Ayerbe asistieron unas 200 personas, «de entre 30 y 40 años, lo que revela que es una zona joven, con futuro», agregó Giménez, que indicó que la oposición a Biscarrués no acallará la que en la actualidad mantienen contra la balsa de Almudévar.

La portavoz, por otro lado, realizará una ronda con los partidos políticos para dar a conocer su postura y elaborará las alegaciones que presentará contra el proyecto. «El plan ha sido elaborado por Tomás Sancho, el expresidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro», afirmó Lola Giménez.

Manifestó que la recogida de firmas contra el embalse iniciada ayer a través de change.org «se acerca ya a las 5.000», lo que supone todo un récord dado el poco tiempo transcurrido. Finalmente, la portavoz manifestó su extrañeza por el hecho de que el proyecto salga a información pública pese a «los graves problemas geológicos que presenta».