Aragón contará con una ley de Memoria Democrática profundamente participada por la sociedad, ya que ayer concluyó el plazo de incorporación de las alegaciones presentadas y el 68% de las 600 recibidas se añaden al contenido de la ley que se tramitará en las Cortes después del verano. A ese 68 % de alegaciones hay que añadir otro 10 % que han sido aceptadas parcialmente.

El consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, Vicente Guillén, participó en la sesión de retorno tras el proceso de participación ciudadana sobre el borrador de la ley, que pretende, según fuentes del ejecutivo, «abordar de manera serena y madura la relación con el pasado traumático vinculado a la Guerra Civil y la dictadura franquista».

El borrador del anteproyecto de la ley se ha sometido durante los dos últimos meses a un proceso abierto de participación, sobre todo a las asociaciones relacionadas con la memoria histórica de la comunidad autónoma, que han redactado alegaciones eminentemente de carácter técnico y que mejoran el contenido inicial del documento. Especial énfasis se ha puesto en las alegaciones al diseño de los curriculum educativos, para que la educación por la paz esté más presente y se introduzcan planes de formación tanto a los alumnos como a los docentes. También en el apartado sancionador, que puede hacer que se quede sin subvenciones quien incumpla con la ley.

el 18 de julio al consejo / Guillén avanzó que el proyecto podría entrar en el Consejo de Gobierno el próximo 18 de julio (fecha especialmente simbólica al cumplirse 81 años del golpe de estado de Franco y el inicio de la guerra civil). El consejero de Presidencia señaló que el proceso de participación en los talleres llevados a cabo ha sido «un verdadero ejercicio de inteligencia colectiva». El tono ha sido en todo momento crítico, pero «muy constructivo», lo cual ha hecho ver al Gobierno «el grado de información y experiencia con que cuentan las entidades memorialistas y de víctimas, el interés que despierta entre la ciudadanía y el grado de compromiso que la memoria concita, pues está movida por un impulso ético loable y por un alto grado de empatía hacia aquellos a los que se trata de reparar y rehabilitar».

Después de este proceso ha variado «notablemente» la estructura de la ley al decidir atender a algunas peticiones orientadas a conseguir una norma «más limpia, más clara y con una mayor coherencia interna». De esta forma, se han reordenado artículos y capítulos para obtener una ley compuesta por cinco títulos (Preliminar, De las víctimas y su reparación y reconocimiento, De las manifestaciones de la Memoria Democrática, La gestión administrativa de la Memoria Democrática, Régimen Sancionador, Adicionales y finales) y 47 artículos.