El Día de la Faldeta, la fiesta que cada mes de abril vive la ciudad de Fraga para reivindicar sus usos, costumbres y traje tradicional, es desde este mes Fiesta de Interés Turístico Nacional. La localidad oscense disfrutó ayer, un año más, de esta emblemática celebración.

Así lo anunció ayer el alcalde de Fraga, Santiago Escándil: "El pasado día 24 entró en el registro del ayuntamiento la carta en la que Isabel Borrego, la secretaria de Estado de Turismo, nos comunica que se nos concede ese título. Llevábamos meses trabajando y al final, gracias al esfuerzo de todos, se ha conseguido", se felicitó el regidor.

Durante toda la mañana de ayer, cerca de 3.000 personas --algo más de la mitad ataviadas con el traje tradicional-- festejaron el Día de la Faldeta a pesar de la amenaza de lluvia. Las gotas que cayeron a primera hora no desanimaron a los fragatinos, que se concentraron desde las 10.30 horas en la plaza San Salvador. Allí, se hizo el tradicional reparto de claveles previo al desfile, mientras en el escenario se representaba la primera de las escenas de la Boda Fragatina: el atavío de los novios.

El clima dio una tregua y tras la finalización de la ceremonia de atavío la comitiva nupcial ha iniciado el desfile hasta la iglesia de San Pedro. Con los pequeños de la casa encabezando el desfile portando las tradicionales coques, las rondallas Peña Fragatina y Aires Folklóricos del Bajo Cinca acompañando al cortejo, todos desfilaron por Fraga.

Por el camino, se encontraron con otras tres estampas tradicionales: Passem l'Estona a la Fresca; Pentinem al carrer y Fem freses y Venim a Vendre y Coquilleres. En la plaza San Pedro bailaron jotas y en la iglesia, se ofició la tradicional misa baturra, acto central de la Fiesta.

Al término de la misma, los novios salieron del templo bajo la clásica lluvia de peladillas. Fraga, como cada mes de abril, se trasladó por una mañana a finales del siglo XIX y convirtió las calles de su Casco Histórico en un singular teatro. Un teatro, que ya es fiesta nacional.