El Ministerio de Medio Ambiente cumplió ayer in extremis con la última demanda del Gobierno autonómico que mañana cesará: la luz verde al embalse de Biscarrués, un pantano tan reivindicado como cuestionado. Tras meses de incertidumbre y presiones, una nota de prensa ministerial anunció que la declaración de impacto ambiental es favorable y se puede hacer el gran pantano destinado a regular el Gállego.

Sin embargo, y a la espera de que se conozca el contenido del informe de los técnicos, los puntos que dio a conocer el ministerio no satisfizo a nadie. No contentó a los regantes --que tanto han reclamado el embalse-- por excluirse del proyecto la minicentral hidroeléctrica cuya explotación permitiría obtener recursos económicos. No terminó de convencer al Ejecutivo autonómico en funciones por su ambigüedad y aún gustó menos a los habitantes de la zona y colectivos conservacionistas que consideran que existen alternativas menos agresivas, menos costosas y más racionales para cubrir las posibles demandas de riego en los cultivos de Monegros y la Hoya de Huesca. Y más cuando consideran que hay numerosos informes oficiales que se han difundido que desaconsejan esta infraestructura. Solo el hecho de que se hayan recibido más de 7.800 alegaciones demuestra la controversia generada y las dudas que suscita.

FUERA DEL PROYECTO El punto más llamativo de esta declaración de impacto (redactada hace meses pero a la que faltaba la firma ante las distintas visiones encontradas incluso dentro del propio ministerio) es que excluye la minicentral hidroeléctrica proyectada, "dado que no se encuentra entre los objetivos prioritarios de este proyecto" y el promotor no ha presentado "alternativas y no ha justificado la necesidad de la misma en la ubicación propuesta", subraya el Ministerio de Medio Ambiente.

Una de las principales dudas que suscita la declaración es la viabilidad económica de Biscarrués y para los regantes, pues exige que los costes recaigan sobre los usuarios "en mayor proporción sobre los principales beneficiarios del proyecto". Y sin salto hidroeléctrico, menor aprovechamiento económico. Además, este embalse está destinado principalmente a laminar avenidas y a que la entrada de agua al pantano se limite a las grandes crecidas del Gállego. De hecho, solo entrará agua cuando se superen los 90 metros cúbicos por segundo, algo que sucede de forma regular pero espaciada en el tiempo en este río, cuyo caudal medio el año pasado, por ejemplo, fue de 23 metros cúbicos por segundo. También se exige que se especifiquen las superficies destinadas a riego que se beneficiarían del embalse.

La declaración incluye que el desagüe de fondo se haga a una nueva cota más baja que se encuentre lo más próxima posible al nivel de cauce "para minimizar en todo lo posible la generación de un embalse muerto" y se puedan mantener las actividades turísticas de rafting que genera economía en la zona. Sin embargo, algunos expertos cuestionan que estas se puedan mantener con un embalse que gran parte estará vacío al no llenarse cuando no haya un caudal superior a 90 metros cúbicos por segundo y disminuir la cota del embalse a 427 metros. La resolución también indica que no se eliminará inicialmente la vegetación del vaso del embalse mientras se efectúa su seguimiento y se repoblará para compensar la masa forestal perdida. Además se hará un seguimiento del milano real.

REACCIONES Las reacciones fueron para todos los gustos. Para WWF España y Seo/Birdlife, la declaración "debería ser técnicamente negativa" y no haberse aprobado. Coagret anunció que seguirá su oposición dura contra el embalse y consideró de "muy mala noticia" que salga adelante la infraestructura. Igual opinó el alcalde de Biscarrués, José Torralba. Las organizaciones agrarias UAGA y ASAJA se felicitaron por el desbloqueo, aunque pusieron reparos a los excesivos condicionantes, como hizo Riegos del Alto Aragón, que lamentó que esté en punto muerto el salto para hacer energía y que "sirva poco" para el regadío, según el presidente, César Trillo.

En cuanto a los partidos políticos, el diputado de CHA, Joaquín Palacín, se opuso rotundamente y propuso otras alternativas más sostenibles y eficaces, como balsas laterales que excluyan Biscarrués. El portavoz del PP, Antonio Torres, vio "excesivas" las condiciones, mientras que el socialista Javier Sada se felicitó por un desbloqueo que, a su juicio, confirma "la apuesta socialista" por las infraestructuras hidráulicas. También el portavoz del PAR y hasta el jueves consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, se felicitó por que la comisión del Agua haya "dado sus frutos". Para el portavoz de IU, Adolfo Barrena, los condicionantes puestos son "razonables".