Endesa está ensayando con ultrasonidos para controlar las poblaciones de larvas de mejillón cebra en los embalses del río Ebro. Según la compañía el sistema permitiría controlar esta especie invasora procedente de los mares Negro y Caspio y que ya que es una amenaza para los ecosistemas acuáticos ibéricos.

La investigación se ha desarrollado el Centro de Estudios y Documentación de Endesa (CEIDE), próximo al embalse de Riba-roja d'Ebre, el primero de España donde se identificó la presencia del mejillón cebra hace 15 años y donde las instalaciones están íntegramente dedicadas al estudio de métodos de control de esta especie.

OTROS MÉTODOS

De hecho, en la actualidad el Ebro es el río de la península donde esta especie tiene una presencia más extensa. Anteriormente ya se habían estudiado otros métodos de tratamiento con radiación ultravioleta y con ozono, pero esta vez los ensayos se hacen con ultrasonidos, respetuosos con el medio ambiente.

El objetivo del estudio es determinar la viabilidad de las larvas de mejillón cebra después de haber recibido el tratamiento, así como su capacidad de fijación y colonización del sustrato, ya que se sabe que estas ondas sonoras tienen afectación sobre las larvas, que pierden la capacidad de fijarse y, por tanto, de desarrollarse.

Con esta vía de investigación se espera poder trasladar este método, desarrollado en el laboratorio, en emplazamientos reales. Además, la información obtenida sobre las preferencias del molusco y su respuesta a diversos tratamientos favorece el diseño de programas de seguimiento y gestión integrada del control de esta especie.

Este estudio, que cuenta con la colaboración de Eccus --consultoría ambiental--, ha formado parte de los proyectos expuestos durante el XVIII Congreso de la Asociación Ibérica de Limnología, celebrado en Tortosa, donde también se han explicado los perjuicios sociales y económicos en las masas de agua infestadas por el mejillón cebra, que son bastante conocidos: desde las limitaciones en las captaciones de agua hasta afectaciones a los usos recreativos, además de los drásticos efectos ecológicos sobre el ecosistema acuático invadido.