Los espacios naturales aragoneses se han convertido en un elemento capaz de fijar la población en sus municipios, según se desprende de un estudio elaborado por la dirección general de Ordenación del Territorio con datos del 2015. Desde la creación de los entornos protegidos, la evolución de la población ha sido mejor que en el resto de la comunidad, con notables aumentos como los registrados en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara o, en el peor de los casos, con un descenso menor en la pérdida de habitantes.

El director general de Ordenación del Territorio, Joaquín Palacín, destaca que los datos tienen importancia dentro de un contexto de despoblación. "Los datos son significativos porque en Aragón tenemos un problema importante de pérdida de habitantes", afirma. La influencia de los espacios protegidos se nota incluso en las poblaciones de referencia de cada uno de ellos, especialmente en Bielsa, Jaca, Sabiñánigo, Huesca, Tarazona y Benasque.

BALANCE

El Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara es el espacio protegido más beneficiado por la protección ambiental. Desde el año 1990 la población de sus municipios ha aumentado un 25,2%. El censo ha pasado de 4.618 habitantes a 5.786, cuando en el resto de Aragón, en los municipios de menos de 2.220 vecinos --tomando como referencia la población de Aínsa, cabecera de su zona de influencia-- ha descendido en un 14%: de 263.710 vecinos a 226.549.

Los pueblos de Bielsa, Torla, Tella, Puértolas y Fanlo también se han visto beneficiados de su pertenencia al parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. La población total en el espacio natural en el año 1982 era de 1.533 vecinos, pasando a 1.362 en el pasado censo, lo que supone un descenso del 11,15%.

En el total de la comunidad autónoma aragonesa, en municipios iguales o inferiores a 488 habitantes, vivían 137.191 habitantes, pasando en el último recuento a únicamente 90.249 vecinos, siendo en este caso el descenso de un 34,22%.

NUEVA LEY

Palacín indica que el informe, con datos oficiales del Instituto Aragonés de Estadística, se redactó para analizar el comportamiento especial de la población en estos recintos de cara a una nueva legislación. "Creemos importante disponer este tipo de información para poder actuar en consecuencia desde el departamento", reconoce.

La DGA quiere aprobar próximamente medidas contra la despoblación y conocer esta singularidad, principalmente en la provincia de Huesca, al ser de la que más hectáreas protegidas dispone, lo que facilitará la eficiencia de las decisiones.

En otra de las áreas protegidas en el Altoaragón, el parque natural de Posets-Maladeta, la situación se mantiene con peculiaridades. Los habitantes pasaron de 2.217 en el año 1994 a 2.905. A este aumento contribuye especialmente el desarrollo de Benasque, que prácticamente ha duplicado su población en este periodo. Enclaves como Sahún, San Juan de Plan o Gistaín han visto descender sus habitantes en una proporción similar a la media aragonesa.

MONCAYO

En el Parque Natural del Moncayo, el descenso de población se ha quedado en un 10,8% frente al 15,97% de los municipios menores de 279 habitantes, esto es, excluyendo de los cálculos al municipio de Tarazona, que crece en el padrón pasando de 10.287 vecinos en 1998 a los 10.759 del pasado año.

La excepción negativa a los datos de Ordenación del Territorio se encuentra en el parque natural de los Valles Occidentales, en la comarca de la Jacetania. En este caso, la comparativa del informe únicamente abre la horquilla entre el 2006 y el 2015, por lo que las referencias pueden quedar distorsionadas. Excluyendo del cotejo la población de Jaca, los vecinos en la zona han pasado de 2.106 en el año de creación del espacio protegido a los actuales 1.878, un descenso del 10,83%.

El informe advierte, en este sentido, que la población aragonesa en municipios de la comunidad menores a 880 habitantes tan solo se ha perdido un 7,98%.