El proyecto de reforma contempla una serie de beneficios para determinados colectivos. Así, todas las personas con discapacidad que compren un coche o que ya posean uno estarán exentos de pagar el impuesto de circulación, con independencia de que se trate de un vehículo adaptado, de su potencia o del grado de discapacidad que tenga el usuario.

La única limitación que establece la nueva normativa es que esta exención fiscal sólo se puede aplicar a un vehículo por cada persona discapacitada.