Inspectores de Patrimonio visitaron ayer el castillo de Monzón para conocer in situ el estado de la fortaleza tras la caída, a principios de mes de un tramo de la muralla que lo circunda externamente. Estos expertos elaborarán un informe sobre la situación y los daños sufridos.

Paradójicamente, el hundimiento de parte del muro se produjo cuando existía ya una partida del Ministerio de Cultura, por un importe de 570.000 euros, para llevar a cabo obras urgentes de reparación en el castillo. Esta cifra se destinará, entre otras cosas, a la recomposición del muro caído.

Los trabajos son imprescindibles para proceder cuanto antes a la reapertura a las visitas de la fortaleza, que fueron interrumpidas ante el temor de que pudiera haber peligro de otros derrumbes en otras partes de la fortaleza.

Desde el punto de vista del Ayuntamiento de Monzón, el desprendimiento del tramo de muralla pone de manifiesto que es preciso actuar de forma rápida en diversos sectores del conjunto del castillo templario, seña de identidad de la capital del Cinca Medio que se ha recuperado tras largas décadas de abandono.

PENDIENTE

Las obras pendientes no se refieren solo a arreglos, sino que han de ser de más calado e incluir trabajos de consolidación de la estructura, al objeto de evitar que nuevos accidentes.

Se da la circunstancia de que el propietario es el Ministerio de Hacienda, con el que el ayuntamiento planea llegar a un acuerdo para una cesión de uso, con la finalidad de obtener fondos del 1,5% cultural del Ministerio de Fomento, según informó el diario digital del consistorio montisonense.

En cualquier caso, de momento la prioridad se sitúa en devolver a la muralla su aspecto original y en asegurar todos sus elementos.